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PVEM: donde no cabe la disidencia

Ismael Romero/(Primera de dos partes)| El Universal
Jueves 30 de diciembre de 1999
Priísta ?de tercera fila?, Jorge González Torres se desliga en 1980 del Movimiento Ecologista Mexicano para perseguir, según sus críticos, intereses políticos

En los primeros días grises, cuando la disidencia interna ya pululaba, el diputado Jorge Emilio González Martínez intentó conciliar con su compañero de bancada Miguel Angel Garza Vázquez: ?Entiende, Miguel ?relata éste?, la familia pequeña vive mejor. Mientras menos seamos, mejor podremos repartir lo que hay en el partido.?

Garza Vázquez dice que en esa ocasión (septiembre de 1998) Jorge Emilio lo citó en una de las oficinas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), al sur de la ciudad, para advertirle que ahí no había espacio para ?lidercillos? y que nadie le iba a quitar el partido a la familia González, porque ésta tenía un buen padrino político: Fernando Gutiérrez Barrios.

El diputado federal por Nuevo León no mostró sorpresa. Sabía de lo que hablaba Jorge Emilio, no por tener pruebas de ese padrinazgo ?dice en su relato?, sino por la fama pública que han arrastrado los Jorges sobre la venia gubernamental que muchos les atribuyen.

Aun así, Garza Vázquez tomó el camino de la disidencia y hoy busca por la vía legal apoderarse del PVEM, del cual, oficialmente, está expulsado junto con su grupo, el Movimiento Verde Reformista (Movere).

Nadie hasta ahora ha sido capaz de desplazar a los González de la dirección de este partido, que nació hace ocho años bajo la sospecha del favor y la ayuda oficial y el cual ha sido manejado ?de acuerdo con críticos de diversas épocas como un patrimonio familiar, en el que todo intento de disidencia es podado, como la mala yerba.

Al igual que en sus primeros años de vida, el PVEM está hoy en el centro de la crítica. Enfrenta un proceso legal por irregularidades en el ejercicio de las prerrogativas que recibe del Instituto Federal Electoral (IFE) --iniciado en 1997 y abierto nuevamente en días recientes--, y tiene una demanda en curso en la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, con la que el Movere pretende desconocer a González Torres como dirigente del partido.

El patriarca verde, como le dicen a éste, libra, además, una guerra con la Iglesia católica. Onésimo Cepeda, obispo de Ecatepec, opinó que no era necesario gastar esfuerzos ni presupuesto en candidatos a la Presidencia de la República, como en el caso de González Torres, porque no vale la pena.

Otro frente lo abrió con la Secretaría de Gobernación, a la que acusó de alentar la disidencia partidista. Las verdaderas razones de la tensión con el gobierno residirían en la reciente alianza del PVEM con el PAN, lo cual habría disgustado a quienes siempre se han considerado los protectores de los González.

Después de todo, los círculos oficiales propiciaron una reforma constitucional al artículo 58 que permitirá ocupar un escaño en el Senado a todo mexicano con 25 años cumplidos, es decir, en este caso, a Jorge Emilio, el llamado ?Niño Verde?.



El contaminado origen

El antecedente del partido se remonta al año de 1980, cuando el entonces priísta de ?tercera fila?, empresario de la construcción y activista del Movimiento Ecologista Mexicano (MEM), Jorge González Torres, funda la Alianza Ecologista Nacional (AEN), con el abierto propósito de ocupar espacios en la política, los cuales no había alcanzado, hasta ese momento, pese a su antecedente tricolor, a sus relaciones con Horacio Labastida y Patricio Chirinos Calero, en el IEPES, y a su parentesco con Emilio Martínez Manautou, con cuya hija Leticia contrajo matrimonio.

Tampoco le habían ayudado sus relaciones de negocios en las administraciones de los regentes Ernesto P. Uruchurtu, Alfonso Corona del Rosal, Octavio Sentíes Gómez y Carlos Hank González, las que no desconoce González Torres.

El dice: ?Mi constructora (La Huasteca) hizo obras en el Distrito Federal desde el gobierno de Uruchurtu hasta el de Manuel Camacho Solís, pero nunca recibí favores especiales. Todos mis antecedentes son perfectamente registrables. Soy una persona que puede acreditar su capital con 25 años de trabajo en el negocio de la construcción. Cerré la empresa cuando esto (el partido) se estaba perfilando como una opción fuerte, para no tener el problema de conflicto de intereses, de que luego hubiera alguna injerencia.?

Alfonso Ciprés dice que la política ha servido a González Torres para apuntalar negocios, y recuerda que él fue un activista y un ?soporte económico? vital en las etapas más importantes de la construcción del MEM.

?El era de un estilo muy obsequioso, muy espléndido económicamente. Hacía buenos regalos, buenas fiestas privadas. Invertía en eso. Su familia tenía mucho dinero; era dueña de las farmacias El Fénix, y ahora uno de los hermanos es dueño de las Farmacias de Similares. Jorge siempre se ha caracterizado por dar buenos regalos a los políticos... armas, por ejemplo.?

Ciprés y González caminaron juntos muchos años en el MEM, hasta que cada cual resolvió, a mediados de los 80, tomar veredas distintas. Ecologistas de aquella época, entre ellos Bertha Corte, Feliciano Béjar y Luis Manuel Guerra emitieron en 1991 un desplegado en el que señalan que la división entre los dos líderes fue para poder ?controlar y usufructuar el verdadero ecologismo?.

En el fondo hubo un distanciamiento por posicionamientos ideológico-políticos distintos, pues Ciprés entendía la defensa del medio ambiente a partir de la organización ciudadana, mientras que González Torres tenía sus intereses puestos en la política.

De este modo, funda en 1986 el Partido Verde Mexicano (PVM) con la intención de participar en los comicios federales de 1988, pero no obtiene el registro legal.

La decisión de transformar la AEN en partido generó descontento y oposición entre diversas organizaciones ecologistas, las cuales veían a González Torres con desconfianza, por su antecedente priísta.

Entonces, como lo explica Ciprés Villarreal, González Torres da muestras de sus habilidades como ?negociador?, como ?comerciante? ?que a la fecha sigue empleando? y, en una maniobra discrepante con sus antecedentes políticos, se suma al Frente Democrático Nacional (FDN) y a la causa de Cuauhtémoc Cárdenas, llevado como candidato a la Presidencia por una alianza fundamentalmente de partidos de izquierda.

La unión con el FDN se rompe cuando Cárdenas es derrotado por Carlos Salinas de Gortari, y cuando el dirigente ecologista no ve, nuevamente, opciones políticas.



La simpatía de Camacho

Jorge González Torres persevera. Y en 1990 solicita el registro condicionado de su organización, ahora bajo el nombre de Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Gobierna en la ciudad Manuel Camacho Solís, un nuevo conocido y, en ese momento, el hombre con mayor influencia y poder en el gobierno salinista.

?Manuel Camacho Solís fue el contacto y la buena relación, para el nacimiento oficial del partido?, dice Ciprés Villarreal. ?Pero, además, contó con el apoyo fundamental de Fernando Gutiérrez Barrios?, quien estaba, en esos años, en la cumbre de su carrera, al frente de la Secretaría de Gobernación y del Instituto Federal Electoral (IFE).

?Camacho vio que era conveniente tener un partido que le quitara votos a la oposición?, cuenta Ciprés.

Manuel Camacho da su versión. Él dice que cuando era secretario de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue), con Miguel de la Madrid, conoció a Jorge González Torres. Esto fue, señala, después de los temblores de 1985.

Camacho construye una relación muy estrecha con los grupos ecologistas y con diversas ONG (movimiento que en ese momento empieza a florecer), la cual mantiene hasta que llega a la regencia capitalina, y dice: ?Cuando me enteré de que había la intención de hacer un partido verde, a mí me pareció una muy buena idea. Les dimos todas las facilidades que podíamos dar, como se los dábamos a todas las organizaciones que había en la ciudad, de cualquier tipo, porque nos interesaba que se fortalecieran las ONG.

?En lo personal, vi con simpatía que pudiera haber un partido verde. Nunca hablé de manera directa con don Fernando (Gutiérrez Barrios), verdad, pero si él suponía que yo tenía simpatía estaba suponiendo sobre bases reales. Sí, yo veía como algo positivo que todo esto (la ecología) pudiera tener una representación política. Hasta ahí.?

?¿Hasta dónde llegó esa simpatía?

?Dando facilidades, como se las dimos a todos. A todas las gentes que nos pedían facilidades para organizar un evento, hacer cualquier cosa en la ciudad, nosotros siempre estuvimos abriendo las puertas.

?Pero siempre se dijo que usted fue...

?Mira, tenía una buena relación, y la he tenido a lo largo del tiempo, lo mismo con Enrique (González Torres, ahora rector de la Universidad Iberoamericana), que con Jorge, pero nunca tuve el control del partido. Si hubiera tenido el control del partido no hubiera creado un nuevo partido que va a tener cinco o diez veces menos recursos que el Partido Verde. Eso es algo que la gente pensaba. Y, bueno, sí, en alguna ocasión, y lo he seguido haciendo, platico con Jorge y con otras gentes, pero mi capacidad de influencia, pues, habrá llegado al punto de sugerir la candidatura (a diputado federal por el PVEM) de Marcelo Ebrard, pero no como miembro del Verde, sino en un esquema de alianza, con grupos de afuera, o de sugerir, en algún momento, otra candidatura, que sí lo hice, pero hasta ahí, esa fue toda mi influencia.

?¿No tuvo nada que ver, entonces, con la construcción del partido?

?Nada. Lo que dije es que vi con simpatía la formación del partido (...) En ese momento, yo tenía acceso directo al Presidente. Con el Presidente nunca llevé el tema del Verde, porque no era tema que me pareciera fuera del Presidente.

?¿Hasta dónde llegó con ellos?

?No, no supe después cuáles fueron los siguientes pasos al interior de la propia autoridad.

No soy padrino de los González: FGT

Fernando Gutiérrez Barrios dice que no tiene sentido entrar en esta polémica, porque es falso que él haya apoyado al Partido Verde en sus orígenes legales. Y descalifica al ?Niño Verde?. No hay ningún padrinazgo en favor de los González, asegura.

Jorge González Torres dice que Manuel Camacho actuó ?inteligentemente? con ellos, con los ecologistas, pues trabajó conjuntamente en diversos proyectos y programas, como el ?Hoy no circula?. Después, admite, apoyó ?formalmente? al partido, con recursos oficiales destinados para tal propósito.

?Nosotros éramos independientes. No tenemos ningún origen gubernamental?, subraya.

?¿Fue fundamental la relación con Gutiérrez Barrios para la creación del Partido Verde?

?Pues no, yo creo que fue una relación formal. Es una persona estimable, respetable. Lo que fue fundamental fue el trabajo que hicimos por todo el país.

El registro solicitado en 1990 fue negado por el Consejo General del IFE, por considerar que las acciones ecologistas no eran actividades de índole política. Los verdes apelaron la decisión del IFE ante el Tribunal Federal Electoral, organismo que falla en favor de éstos en febrero de 1991. El registro se condiciona, sin embargo, al cambio de nombre y emblema: Partido Ecologista de México (PEM).

Al no alcanzar ese año el 1.5 de la votación nacional, el PEM pierde su registro, y se producen las primeras purgas internas. González Torres empieza a mostrar su lado oscuro. ?Autocrático?, ?autoritario? y ?represor? son calificativos que en lo sucesivo le serían impuestos por sus detractores.



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