En el mundo del narcotráfico un levantón el secuestro de narcotraficantes rivales o competidores para ser ejecutados equivale prácticamente a una sentencia de muerte. Sin embargo, el levantón de Angélica Lagunas Jaramillo y su hija, Ana Bertha González Lagunas, terminó en romance con dos de sus secuestradores: Arturo Guzmán Decena, El Zeta 1 , y Omar Lormendez, El Pitalúa .

La tarde del 16 de agosto del 2001, alrededor de las 20:30 horas, llegó el grupo Los Zetas , brazo armado del cártel del Golfo, hasta la cafetería de Angélica, situada en la colonia Jardín, en Matamoros, Tamaulipas.

El grupo de 18 hombres armados le advirtió a la mujer que su sentencia era la muerte por no pagarle "derecho de piso" a Osiel Cárdenas Guillén, ya que él era quien dejaba o no traficar con drogas en esa ciudad fronteriza.

Angélica fue obligada a ir acompañada de Arturo Guzmán Decena, El Zeta jefe de seguridad de Cárdenas Guillén y líder de los Zetas , a una casa de seguridad conocida como "punto Óscar", donde se encontraba el capo del narcotráfico, según narra el testigo protegido Rafael , en el expediente PGR/UEDO/238/2003.

La mujer fue forzada a entregar la droga que guardaba y el dinero que poseía en una cuenta bancaria y a trabajar para ellos.

Desde ese instante hubo una estrecha relación entre El Pitalúa con Angélica, al grado de que en 2002 contrajeron matrimonio. "Él pidió un permiso de 15 días a Osiel Cárdenas para organizar el evento que iba a tener", indicó el testigo protegido.

Ana Bertha, la hija de Angélica, mantuvo igualmente una estrecha relación sentimental con Arturo Guzmán Decena, El Zeta 1 , con quien tuvo un hijo luego del levantón de su madre, concluyó "Rafael".