De acuerdo con el informe 'El progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016', la participación de mujeres de AL y el Caribe en el mercado de trabajo experimentó el mayor aumento entre todas las regiones a nivel global entre 1990 y 2013

Sólo la mitad de las mujeres en el mundo forma parte de la fuerza laboral, en comparación con las tres cuartas partes de los hombres, con salarios inferiores, que en México es 19% menor el de ellas en comparación con los varones.

De acuerdo con el informe emblema: "El progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016: transformar las economías para realizar los derechos", la participación de las mujeres de América Latina y el Caribe en el mercado de trabajo experimentó el mayor aumento entre todas las regiones a nivel global -de 40 a 54%- entre 1990 y 2013; pero aún muy lejos de la participación de los hombres (80%).

En tanto, el 59% de los empleos de las mujeres se ubica en el sector informal, sin amparo de la legislación laboral ni protección social, al tiempo que 17 de cada 100 mujeres latinoamericanas económicamente activas son trabajadoras domésticas remuneradas.

Durante la presentación del informe global que se realiza simultáneamente en siete ciudades del mundo: Alejandría, Bangkok, Ciudad de México, Londres, Nairobi, Nueva York y Sídney, Lorena Cruz Sánchez, titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), resaltó que se realizan acciones entre varias dependencias para que México ratifique el convenio 189 de la OIT sobre trabajo decente para trabajadoras y empleados domésticos.

"Hemos hechos estudios y estamos viendo que podemos hacer y que más podemos trabajar con empleadas domésticas porque vemos que desafortunadamente están trabajando muchas veces más horas permitidas, subrayó la funcionaria mexicana.

En la presentación en donde estuvieron, entre otros, Ana Guezmes, representante de ONUMujeres en México y Luiza Carvalho, directora regional del organismo, Lorena Cruz expuso que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) estudia cómo sería esta inclusión de las domésticas, si fuera al mismo tiempo todas o de manera proporcional.

En el citado informe se resalta cómo las economías han fallado en garantizarles a las mujeres su empoderamiento y el pleno ejercicio de sus derechos económicos y sociales, tanto en países ricos como en países pobres.

Plantea que la transformación de las economías para lograr que los derechos de las mujeres sean una realidad es posible mediante la formulación de políticas económicas y de derechos humanos que promuevan cambios de gran alcance.

En el informe, ONU Mujeres presenta la visión de una economía mundial en que las mujeres tengan acceso igualitario a los recursos productivos como el empleo de calidad, el crédito, la tecnología o la propiedad; a la protección social, incluyendo servicios de cuidado, y que también les garantice ingresos suficientes para lograr un nivel de vida adecuado.