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Con los 49 indígenas mixtecos de la Costa Chica de Guerrero, rescatados el fin de semana pasado en la ciudad de Colima en un campo de producción de pepino, de los cuales 13 son menores de edad, suman 452 personas localizadas desde febrero pasado, las cuales eran explotadas laboralmente, en una situación que “irradia en la esclavitud”, informó el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Alfonso Navarrete Prida.

“Esto es una forma de explotación, que casi irradia en la esclavitud y que desde luego tipifica delitos graves”, aseguró el funcionario.

En conferencia de prensa, sostuvo que detrás de estos hechos, hay una red de delincuencia organizada.

“Sí hay una red. Estoy convencido de que hay delincuencia organizada en los engancahadores. No estoy diciendo que sea sólo una organización delincuencial, pero creo que hay muchas organizaciones que se han aprovechado de un nicho de mercado, como siempre sucede”, comentó.

“Pero debe haber delincuencia organizada, porque son más de tres, actúan de manera permanente, están explotando personas, es uno de los delitos de la ley de crimen organizado y, por lo tanto, tipifica perfectamente la calidad de delincuencia organizada”, subrayó Navarrete Prida.

El secretario Alfonso Navarrete precisó que como parte del programa “México con Trabajo Digno”, en lo que va del año, la STPS ha realizado 12 mil 393 inspecciones, beneficiando a 1 millón 178 mil 321 trabajadores.

Se han efectuado 43 mil 674 medidas de aplicación y corrección en los centros de trabajo, así como sancionando por un monto de 140 millones 237 mil 420 pesos a 16 mil 159 empresas con violaciones graves o reiteradas a la normatividad laboral, así como la suspensión indefinida a 12 centros de trabajo.

Acompañado, entre otros por el subsecretario del Trabajo, Rafael Avante, Navarrete Prida precisó que a las 203 trabajadoras costureras de una empresa coreana que operaba en Jalisco y detectadas en febrero pasado, así como con los 200 rarámuris rescatados en Baja California Sur hace dos semanas, se suman los 49 mixtecos localizados en el ejido El Diezmo el 21 y 22 de marzo pasado en la capital del estado de Colima.

Quienes ahí se encontraban, con edades entre uno y 60 años, señalaron a un enganchador de su misma comunidad de nombre Feliciano Martínez García como el responsable de llevarlos a distintos campos agrícolas de Colima, Jalisco, Michoacán, Sinaloa, y de ser quien les vende los productos básicos para su supervivencia, en una especie de tienda de raya.

“Esas personas en condiciones de explotación, pertenecientes a grupos vulnerables de nuestro país que ante la precariedad en que viven, son engañados y abusados por inescrupulosos intermediarios que lucran con esa imperiosa necesidad y obtienen ganancias con el trabajo arduo de otros”, dijo Navarrete Prida.

Señaló que se hacen y continuarán realizándose operativos en otros estados, como en Sinaloa, Zacatecas, Guanajuato y Guerrero.

“Sí estamos haciendo operativos en otros sectores, el de los coreanos se dirige a un sector urbano que entra en otro círculo de producción, pero donde hay mayor explotación y vulnerabilidad es en el campo mexicano”.

Detalló que entre las principales violaciones a la normatividad laboral documentadas en ese centro de trabajo se determinaron: “Trabajo infantil en su modalidad de trabajo forzoso; trabajo agrícola expuesto a sustancias peligrosas como plaguicidas y pesticidas, sin ningún equipo de protección; y carencia de seguridad social”.

“Además, ausencia de control en el manejo de sustancias químicas para jornaleros y fumigadores, acceso sin ningún tipo de restricción a los niños a sustancias químicas que ponen en riesgo, grave, su salud; condiciones insalubres sin baños o letrinas, sólo con un pozo distante del lugar; no les proporcionaban alimentos, ni agua potable; y el sueldo era pagado a destajo, por lo que algunas jornadas no alcanzaban a cubrir el salario mínimo”.

En un video difundido por la STPS donde se resalta la situación en que se encontraron a los mixtecos en el predio de Colima, donde está la empresa informal que es sometida a investigación y cuyo propietario es Luis David González Virgen, se observa las condiciones insalubres en las que vivían, sin baños, sin agua potable, sin comedor, sus alimentos los tomaban a flor de tierra, con moscas parándose en los alimentos, dormían en el piso, utilizando hules como techo y como paredes.

Durante la inspección, se encontraron a menores trabajando en las líneas de carga y logística, con los pies descalzos en el lodo; además, los jornaleros y sus familias que trabajaban en una situación en la que padecían las inclemencias de las altas temperaturas del lugar y sin ningún tipo de protección.