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Tixtla, Gro.— “Allá no encontramos nada, pura piedra y cañadas”, refiere Margarito Guerrero, padre de Jhosivani Guerrero de la Cruz, de 19 años, originario de la comunidad de Omeapan, de este municipio.

Así, el campesino de Tixtla resume los primeros días de las jornadas para buscar a los 42 normalistas de Ayotzinapa, víctimas de desaparición forzada desde septiembre de 2014.

“Si el gobierno los tiene, ni modo que los tenga allá, los va a tener en cárceles que ellos tienen, allá no van a estar, sabemos que los tiene el gobierno y no los va sacar al monte”, afirma este hombre que no pierde la esperanza de encontrar a su hijo con vida.

“Estuvimos como tres días en el monte, pero le digo, por ahí Dios no pasó, pura piedra, que si tantito perdía uno el paso a la barranca va uno a dar”, narra.

Margarito afirma que los padres de los normalistas no tendrán descanso. Su compañero Celso García, padre de Abel, estudiante de 19 años de Teconapan, comparte su decepción. “Estuvimos todo el día allá y nada, venimos a la normal a recuperar fuerzas”.

“Ese día (26 de septiembre) el chamaco habló para acá —como a las 21:30 de la noche— que estaba en el Batallón, por eso no sabemos a dónde se llevaron a mi hijo Abel”, señala.

Búsqueda infructuosa. De acuerdo con los padres recorrieron la sierra norte de Iguala donde escucharon testimonios de personas que presuntamente habría visto pasar a sus hijos. Además se acercaron a las comunidades de la Sierra y les explicaron a los pobladores en qué consiste la lucha que iniciaron hace casi cuatro meses.

Felipe de la Cruz, vocero de los padres, reconoce que los resultados no fueron los deseados porque no pudieron encontrar a los jóvenes, víctimas de desaparición forzada. “No tuvimos ningún avance que nos llevará a conocer el paradero de los chavos, encontramos varios lugares donde se creía podrían estar pero no hubo nada”.

Explica que uno avance fue que al final recibieron mucho apoyo de las comunidades, y de los comisarios, aunque en lo general “para nosotros fue una búsqueda inconclusa, porque no encontramos nada, pero quedamos tranquilos porque sabemos que por esos lugares no están”.

De la Cruz dijo que para el próximo 26 de enero convocaron a todas las organizaciones del país a una mega marcha en la ciudad de México, como parte de la octava jornada global por Ayotzinapa, al cumplir otro mes de la desaparición de los 43 estudiantes.

Además, los padres de los normalistas decidieron realizar acciones más “contundentes” para exigir al gobierno federal la presentación con vida de los estudiantes.

Margarito insiste en que los normalistas están en los cuarteles militares pero dice que el gobierno les ha puesto muchas condiciones para poder entrar.

“Quieren que les avisemos, pues cuando vayamos ya no hay nada, si los tiene ahí los sacan y dicen: no hay nada. Por eso no les vamos a avisar cuando vamos a ir, ni cómo, nosotros les vamos a caer, entiendan pues, son nuestros hijos por los que andamos”.

Protestan contra la escuela. En la ciudad de Chilpancingo se llevó a cabo una asamblea para conformar los consejos municipales que pretenden sustituir a las autoridades locales.

Ahí, la señora Dominga Antonia, madre de Felipe Arnulfo Rosa, otro de los estudiantes desaparecidos, recibió el respaldo de la Asamblea Popular Municipal. Por medio de un intérprete, pues habló en lengua Na Savi, contó que de la tristeza sólo come una vez al día.

Mientras que en la ciudad de Iguala, donde en septiembre pasado fueron agredidos los normalistas, un grupo de 30 personas marcharon para pedir “paz para Iguala” y en contra de la normal Rural Isidro Burgos. “Queremos paz, viva Iguala, muera Ayotzinapa”, arengaron los manifestantes que fueron resguardados por elementos de la Gendarmería Nacional.