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Elección 2015. Inseguridad y desconfianza

Carina García | El Universal
Domingo 05 de abril de 2015
Eleccin 2015. Inseguridad y desconfianza

En estos comicios, están en juego 15 mil 832 cargos de elección popular, ni las nuevas reglas electorales, la participación de tres partidos de reciente creación ni la inclusión de candidatos independientes lograrán modificar el "alto abstencionismo". (Foto: ARCHIVO. EL UNIVERSAL )

La reforma electoral que se estrena quizá se vea empañada por otros problemas que aquejan a la sociedad, como la violencia y el desencanto: expertos

carina.garcia@eluniversal.com.mx

Nuevas reglas del juego y cirugía a todos los órganos electorales del país podrían resultar inocuas, pues no modificarán la participación esperada y probablemente tampoco mejorarán de fondo la calidad en las elecciones federales y locales del 7 de junio. Así lo estiman expertos en procesos políticos, quienes moderan sus expectativas sobre el impacto que tendrá la reforma electoral en los comicios que arrancan hoy en su fase federal.

Consideran que en éstos influirán más problemas ajenos al sistema electoral como son la inseguridad pública, el desencanto hacia los partidos y el gobierno federal, así como la desaparición de normalistas de Ayotzinapa, que el rediseño político-electoral de 2015 y 2014.

Habrá cambios innegables como el Instituto Nacional Electoral (INE) como nueva autoridad, más partidos en contienda, mayor fiscalización o candidatos independientes.

Falta de confianza, enemigo aún vivo

El politólogo y coordinador general académico de El Colegio de México, Jean Françoise Prud´homme, estima que las reformas electorales podrán concretarse probablemente con éxito organizativo, pero nada hace prever que se venza la desconfianza electoral.

Indica que no es un tema de quien o cómo se organizan las elecciones, más bien es que “resulta sorprendente que la desconfianza provenga de los mismos autores de las reformas”.

“Esas respondieron a demandas de los partidos, pero después de tantos años es muy difícil entender por qué no existe esa confianza sobre todo por parte de los propios artífices de los cambios de los últimos 25 años”, señala.

Sin embargo, el también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) explica que la confianza no sólo depende de la institucionalidad sino de la coyuntura política, y ese es otro problema.

“Yo no sé qué podemos esperar en términos de participación en las elecciones. Tenemos 10 partidos que van a contender, va a haber candidatos independientes y esas son novedades, pero al mismo tiempo persiste desilusión con respecto a la clase política y los partidos”.

Además, “si confiamos en ciertas encuestas existe una cierta desilusión o desencanto con respecto al funcionamiento de la democracia”, enfatiza Prud´homme.

Por tanto, expone, la reforma no es el problema y tal vez ni siquiera lo son las leyes o las autoridades electorales.

“El problema tiene que ver con la situación política del país y el sistema de partidos. Hay una cierta decepción frente al PRI y acciones del su gobierno, gran desencanto sobre todo después de los acontecimientos de otoño”, con los normalistas de Ayotzinapa, dice.

“Si a esto añadimos que los dos grandes partidos tradicionales de oposición tienen problemas, hay fragmentación en el PRD y problemas internos en el PAN, todo eso no alienta la participación”, puntualiza.

Insatisfacción dominará elecciones

Para la doctora en Ciencias Sociales de El Colegio de México y también integrante del SNI, Yolanda Meyenberg, se perfila alto abstencionismo, por desencanto.

Aunque uno de los objetivos de la reforma fue estandarizar su organización y elevar la confianza, a la hora de emitir el voto el electorado no suele pensar en ello, menciona.

“La disposición de ir a las urnas tiene que ver con una percepción de lo que está sucediendo en la política del país y lo que tiene que ver con la organización de las elecciones, en ese aspecto específico que es la intención del votante de ir a las urnas, no creo que influya mucho.

“Creo que el abstencionismo va a ser muy alto, no sé si en la forma de no asistencia en las urnas o anulación del voto, pero un electorado tan desencantado con los partidos va a tener muy poca disposición a votar por ellos”, señala.

A juicio de Yolanda Meyenberg, por tanto, el factor que sí incidirá en las elecciones es “evidentemente el clima de insatisfacción, de incertidumbre y de descontento con respecto a los primeros resultados del gobierno del presidente (Enrique) Peña Nieto, eso va a influir para que la gente no salga a votar”.

Además, para la investigadora de El Colegio de México está el tema del llamado de los padres de los normalistas de Ayotzinapa a no realizar elecciones en Guerrero, “no sé si tenga efectos” esa convocatoria, pero esos hechos “definitivamente sí van a influir”.

Esto es porque “algunas de las cuestiones que tienen que ver con la consolidación de la democracia es que la gente procese sus problemas a través de las instituciones y si las instituciones no están funcionando, entonces la gente decide procesar sus demandas en la calle”.

Voto inhibido

El profesor-investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, José Luis Reyna, considera también que en los próximos comicios habrá apatía.

“No hay credibilidad, el propio Presidente lo dice: hay desconfianza, hay un gobierno que todo mundo considera ilegítimo, por tanto, entonces yo diría que no importa cuáles son los cambios electorales, el punto es que la participación será escasa y se puede atribuir a los motivos que sea: voto nulo, poca asistencia a las urnas o inseguridad”, expresa.

El especialista recalca que mientras más baja sea la participación “ganan los partidos que tienen voto duro y son los partidos más viejos, para empezar el PRI, el PAN y el PRD”.

“Sin duda, en un ambiente de poca participación independientemente de abstencionismo o voto nulo o no, o voto en blanco el que gana es el PRI”, advierte.

Las razones de la escasa participación, indica José Luis Reyna, no son atribuibles en sí al INE sino al ambiente del país, en el que el “llamado al no voto que es una forma de protestar y además está la inseguridad”.

“En los estados con menos inseguridad es donde se va a votar más. En cambio podría darse menos donde hay más problemas, como Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Tamaulipas”, dice.

Esto “no es generalizable”, pero regularmente donde hay menos inseguridad hay mayor votación, subraya.

Aumento de sufragio de protesta

El integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Francisco Paoli Bolio, considera que ahora, al juntarse con la elección federal 17 comicios estatales, sí podría aumentar la participación el 7 de junio.

Pero fenómenos como el llamado al no voto o las campañas contra los políticos y la política podrían derivar también en aumento del voto en blanco o su anulación, prevé.

“No creo que en todos lados tenga éxito este llamado”, pero ya iniciadas las campañas podría influir más que la convocatoria a las urnas.

“Hay descontento con las autoridades del gobierno o electorales. Hay distintos tipos de desconfianza y eso puede dar una pluralidad de modalidades para expresar rechazo”, recalca.

Bolio expone que otro escenario es que tanto el INE como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se vean superados por conflictos en Guerrero y Michoacán o incluso en Chiapas o Oaxaca, aunque en éstas últimas no haya elecciones de gobernador.

Casillas únicas podrían elevar votación

Para Gustavo López Montiel, director de la la carrera de Ciencia Política en el Tec de Monterrey Campus Ciudad de México, es probable que las elecciones no conciten el voto. Sin embargo, considera que la aplicación por primera vez del modelo de casilla única, en el que se emitirán los votos para la elección federal y para cargos a nivel local, en 17 entidades, nueve de ellas para gubernatura, podrían elevar la votación.

Antes, señala, cuando había comicios concurrentes, es decir elección federal y también elección local y las casillas eran separadas, se había observado que los procesos locales tenían más votación que los federales.

Esto se explica porque normalmente la gente está más interesada en su autoridad más próxima, el presidente municipal por ejemplo, que en los diputados federales, dice.

Entonces hoy “lo que podría aumentar la votación es que hay elecciones de presidentes municipales y de gobernadores y además elecciones federales concurrentes, y se podrá votar por todos los cargos en casillas únicas”.

“Puede influir en que la votación suba, pero depende de cada estado, no es automático. Esto según la votación histórica, los candidatos y si construyen un escenario de competencia”.

Cuestiones como el nuevo INE y nuevas formas de fiscalizar a los electores no les interesa, quizá en todo caso sólo que hay más partidos y les interesa uno de los nuevos, estima.



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