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Virgilio Andrade (1967) es un hombre fino, educado y de trato amable. En las tardes de mayo de hace algunos años, cuando hacía calor en su oficina, salía a la explanada del entonces Instituto Federal Electoral y, en mangas de camisa, tenía largas caminatas con sus pares y platicaba, negociaba y acordaba.

El nuevo secretario de la Función Pública fue consejero electoral del extinto IFE, donde se caracterizaba por argumentar, defender y debatir fuertemente siempre con la legislación a la mano, era tachado de técnico y jurista, cercano al PRI.

Al inicio del gobierno de Peña Nieto fue designado titular de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria, órgano de la Secretaría de Economía.

Su capacidad académica le ganó la simpatía de personajes de la izquierda y del PAN, incluso al grado de ser asesor de tesis de varios funcionarios electorales de Acción Nacional. El abogado egresado del ITAM tiene la simpatía del secretario de Hacienda Luis Videgaray.

Fue coordinador de asesores del oficial mayor de Gobernación (1999 a 2000), y asesor en esa misma secretaría en la elaboración de las reformas electorales de 1993 y 1996.

Se le vincula a Carlos Salinas al ser asesor de Ana Paula Gerard, actual esposa del ex presidente, cuando ella se desempeñaba como secretaria técnica del gabinete económico de la Presidencia de la República en el sexenio salinista.

Es hijo de Virgilio Andrade Palacios, miembro del equipo de abogados del líder petrolero Carlos Romero Deschamps.