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Marcia de Castro, coordinadora Residente del sistema ONU en México y representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) asegura que la discusión acerca de la tortura, que se ha hecho pública entre el gobierno mexicano y Juan Méndez, relator especial de la ONU sobre el tema, debe despersonalizarse.

“Tenemos que despersonalizar el tema, no es una conversación entre la Cancillería mexicana y el relator, sino una conversación de los desafíos que enfrenta México en poder profundizar, trabajar y fortalecer el marco institucional de cumplimiento con los compromisos en el tema de tortura”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.

Reconoció que a veces hay diferencias desde el punto de vista de interpretación, por lo que es importante que exista un debate sano y constructivo sobre el tema de tortura, además de que sea público.

“La solución a problemas tan complejos, como los protocolos de atención a personas detenidas o de impartición, son procesos delicados para cualquier país y requieren de toda la comunidad, no de un diálogo a puerta cerrada entre un Consejo de Derechos Humanos y la Cancillería mexicana”, comentó.

Dijo que no es su papel calificar la actuación del relator o de México, pero insistió en que no debe cancelarse el diálogo ni tampoco detenerse en “minucias de ‘él dijo’ y ‘el otro dijo’, sino focalizarnos en elementos esenciales”.

El pasado 9 de marzo, el relator especial para tortura de la ONU presentó su informe en Ginebra, donde señala que en México se vive tortura generalizada. La Cancillería mexicana rechazó esta afirmación y dijo que el relator fue poco ético e irresponsable.

De Castro reconoció en Méndez a un experto reconocido en temas derechos humanos. También reconoció que México ha demostrado su compromiso en fortalecer la capacidad del Estado de lidiar con temas como el de tortura.

Subrayó que de 2011 a la fecha, México ha recibido a seis relatores y ha presentado informes en siete comités. “No queda duda de que cumple con su membresía”, dijo.

Marcia de Castro refiere que la posición de Naciones Unidas en México siempre apostará por el diálogo, que en este caso “es muy importante”, dado que el Estado mexicano ha permanecido abierto al abordaje de los temas de derechos humanos de forma permanente.

“Consideramos que es muy importante que haya un debate sano y constructivo”, consideró la especialista.

La funcionaria de la ONU destacó que ahora le toca al gobierno mexicano decidir si recibe o no al relator, como lo propuso en su carta publicada ayer.

“Toca que México defina la fecha de cuándo dar seguimiento a los retos que tiene en estos temas” tras la difusión del informe del relator, señaló.

Consideró que el diálogo al interior del país debe darse entre actores como el gobierno: los poderes Ejecutivo y judicial, con la ciudadanía, para establecer una ruta que lleve a la atención de las sugerencias del Consejo de Derechos Humanos para el tema de la tortura.