El PAN tiene un solo dueño. Su nombre: Gustavo Madero.

Panistas nos aseguran que don Gustavo actúa como si tuviera las escrituras del partido, como si fuera suyo, hace lo que él quiere.

La nueva jugada se dio a conocer al círculo maderista y se hizo oficial con la salida del coordinador parlamentario en San Lázaro, José Isabel Trejo, para que en un tiro de tres bandas llegue en su lugar, como líder de la bancada, el joven Ricardo Anaya, y a la presidencia del partido regrese Madero, pero con una futura diputación federal en la bolsa.

Madero dejó la presidencia del PAN a Anaya para poder ser elegible para una diputación federal por la vía plurinominal y ahora que está la candidatura segura, don Gustavo tomará las riendas del partido y, nos dicen, que durante la próxima legislatura también las de la bancada en San Lázaro. El control total, pues.

José Isabel, nos comentan, recibirá un premio por haber guardado el asiento para Anaya y apoyado la jugada de Madero. Será el próximo secretario general del PAN.

Varios liderazgos panistas pidieron el lunes a Madero no regresar al partido dado que ya es candidato, y le solicitaron que permitiera que Anaya termine su gestión.

Algunos de ellos dicen hoy que no fueron escuchados por "el nuevo dueño del PAN y sus achichincles".

ml