Sugieren para SCJN presidente liberal
PROCESO. El nuevo presidente de la SCJN será elegido el primer día hábil de enero de 2015, y se convertirá en una pieza clave para dirigir el debate y las sesiones del pleno. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
El nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien será elegido por sus compañeros el primer día hábil de enero de 2015, se convertirá en una pieza clave para dirigir el debate y las sesiones del pleno en las que se discutirán los juicios de las reformas estructurales aprobadas en este sexenio.
EL UNIVERSAL presenta un análisis del sentido histórico de los votos de los cinco aspirantes que hasta hoy han manifestado informalmente al interior de la Corte su interés de participar en el proceso: Margarita Luna Ramos, Luis María Aguilar Morales, Jorge Mario Pardo Rebolledo —los tres de carrera judicial—; Fernando Franco González Salas y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, el primero formado en puestos de negociación política en gobiernos priístas y panistas, y el segundo experto en derecho constitucional y litigante.
Este mes se prevé que inicie la construcción de alianzas o bloques que se puedan conformar en torno a cada ministro y a partir de ello los aspirantes decidirán si participan o no. Se requieren seis votos, incluido el del participante, para convertirse en el sucesor de Juan N. Silva Meza.
El director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Pedro Salazar, y el investigador del ITAM, Saúl López Noriega, coinciden en que los ministros de la SCJN debe inclinarse por la elección de un presidente liberal, cuyo objetivo sea proteger los derechos humanos más que defender “rigurosamente” o de manera letrista la Constitución. Mientras que Julio Caballero, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), considera indispensable que quien llegue tenga un probado “liderazgo institucional” para depurar algunas prácticas cuestionables en el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), que integra a jueces y magistrados federales.
Los tres expertos defienden que la Corte esté integrada de manera plural a fin de garantizar el nivel de debate. Pedro Salazar explica que los “ministros conservadores” creen que el papel de la Corte debe ser “en extremo formalista, legalista y letrista”. Además, suelen ser muy nacionalistas y tener, incluso, “una visión muy parroquial del derecho”.
En cambio, detalla, los ministros liberales “son más abiertos a la interpretación judicial y más garantistas”. Consideran que los jueces deben tener la función de proteger los derechos en primera instancia; también son “más universalistas”, ya que defienden la jerarquía del derecho internacional como derecho constitucional.
“Las dos escuelas son respetables y tienen premisas sólidas detrás de ellas, pero significativamente distintas. Para cada escuela, el papel de la Corte es diferente: en el primer caso se debe ser riguroso guardián del texto constitucional y, en el otro, los jueces constitucionales deben ser garantes de los derechos humanos. No hay una fórmula mágica que te diga quiénes son los mejores, en cada momento histórico y en cada estado es más necesario un perfil que otro”, explicó.
López Noriega dice que la Presidencia de la República estará muy atenta al proceso de sucesión de la SCJN. Y en ese sentido el perfil de ministro más conveniente para el Poder Ejecutivo es uno de corte conservador. “Ha habido grandes cambios constitucionales que han implicado un enorme costo institucional para el Congreso y la Presidencia de la República, lo que menos quieren es que el otro Poder se ponga creativo, quieren uno que ratifique lo que ya se ha procesado, y eso en algunos casos es viable. Me parece que en Los Pinos se preferiría un perfil más conservador; letrista, como los de carrera judicial”.
En su análisis sobre cada uno de los ministros que busca la presidencia de la SCJN, indica:
La ministra Luna Ramos es “conservadora” por sus valores y su forma de leer la Constitución. “Ella fue muy buena magistrada porque eso implica aplicar bien la jurisprudencia diseñada precisamente en la SCJN. Pero ser ministro implica pensar el derecho, los casos son muy sofisticados, y no necesariamente ella hace ese trabajo”.
Arturo Zaldívar es “muy liberal en casos mediáticos, es protagónico”. Pero desde un punto de vista positivo empuja el nivel de discusión y tiene una formación constitucional sólida.
López Noriega, quien pertenece al proyecto Monitor Judicial y estudia el comportamiento de los ministros y sus votos desde hace una década, describe a Fernando Franco González Salas como un “conservador moderado”, quien de los 11 ministros actuales es el que tiene más oficio político y se ha convertido en “punto de equilibrio” cuando se debaten temas polémicos, regularmente inclinado al bloque liberal.
Finalmente, coloca del lado de los conservadores a los ministros Aguilar Morales y Pardo Rebolledo. Pertenecen, dijo, a la “vieja escuela”.
El investigador Caballero realiza su análisis bajo el estándar de quiénes son más apegados a la jurisprudencia frente a quienes suelen innovar. “Luna Ramos tiene mucha claridad sobre la jurisprudencia, si hubiera alguien a quien pudiéramos llamar la memoria institucional de la Corte sería a ella. Típicamente sus opiniones serán muy bien sustentadas en los antecedentes de la Corte. El extremo sería el ministro Zaldívar, porque va a tener opiniones para generar nuevos criterios”, dijo.
Para el profesor la clave en la elección del nuevo presidente de la Corte no está en la “construcción jurisprudencial”, sino en el “liderazgo institucional”.