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Violencia los obliga a huir en busca de futuro

El Universal
Domingo 22 de junio de 2014

Video. Miles de niños son retenidos en celdas abarrotadas y malolientes al sur de Texas, mientras esperan ser transferidos a uno de los refugios establecidos por el gobierno que enfrenta ya una crisis humanitaria


La violencia que vive la región pone fin a la infancia de miles de niños que se ven obligados a cambiar sus juegos por una misión tan arriesgada como es la de emigrar al norte en busca del futuro que su país no les puede dar.

Según datos de organizaciones de derechos humanos y de autoridades migratorias, cada vez son más los niños que viajan solos. Prefieren enfrentar los riesgos de la ruta a seguir viviendo en sitios en los que cada día puede ser el último.

“Allí donde vivíamos nosotros uno no puede salir a la calle. Te obligaban [Las Maras] y te decían que si no te metías, te iban a joder”.

Jeycer tiene 16 años y un objetivo claro: llegar a Estados Unidos y encontrarse con su madre que vive allí desde hace 12, cuando dejó a sus hijos en Honduras buscando un futuro mejor.

Él tenía 4 años, su hermano Jonathan, que lo acompaña en el viaje, tenía tres. Casi no la recuerdan. “Ni me recuerdo de cuándo me dejó. Por internet la miro y me conecto a Facebook, pero no la puedo tocar”, cuenta por teléfono.

Ella vive en Las Vegas y es indocumentada, pero a estos adolescentes no les importa lo que harán al llegar, sólo quieren dejar lejos San Pedro Sula, donde cada día recibían presiones de Las Maras.

Jeycer y Jonathan hablan desde un teléfono de “La 72”, un refugio para migrantes ubicado en el municipio de Tenosique, en el sureño estado mexicano de Tabasco, al que cada día llegan más niños solos.

Fray Tomás González, el director, lleva la cuenta de quienes paran allí para tomar un respiro: del total de migrantes en 2013, 10% eran menores no acompañados, este año la cifra ya está en 17%.

“Están entrando muchas mujeres y menores acompañados y no acompañados, entre nueve y 17 años”, explica y añade que la mayoría vienen de Honduras, El Salvador y Guatemala.

Estados Unidos abrió las alarmas al anunciar que había detenido en la frontera a más de 47 mil niños no acompañados en los últimos ocho meses, el doble de la cifra reportada los ocho meses previos, y prometió 254 millones a Centroamérica para programas sociales y de seguridad.

Y también hace unos días el INM mexicano publicaba sus cifras: 6 mil 330 niños deportados de enero a mayo de 2014 [en 2013 fueron 8 mil 577 y en todo 2012, 5 mil 966].

Pese a que este último presenta las deportaciones como un rescate y “reintegro a su seno familiar”, las organizaciones de derechos humanos aseguran que casi nunca es lo mejor devolverlos a sus orígenes y que migración olvida muchas veces lo básico, que son niños antes que migrantes. A Jeycer y Jonathan fue su propia madre la que los alentó a hacer el viaje, pese al riesgo de no volverlos a ver. (EFE)



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