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WASHINGTON.— En una escalada de la crisis humanitaria en que se ha convertido la llegada a los puestos fronterizos de Texas de niños migrantes que esperan recibir beneficios migratorios inexistentes, el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, demandó ayer a la Casa Blanca el despliegue de la Guardia Nacional para frenar esta marea de infantes.

En una carta dirigida al presidente estadounidense Barack Obama, Boehner lo culpa directamente de esta “crisis de seguridad y humanitaria” por la implementación de programas como el de Acción Diferida que beneficia a los hijos de inmigrantes indocumentados que hayan llegado al país antes de 2007.

En tanto, la Casa Blanca denunció la existencia de “una campaña deliberada de desinformación” por parte de las organizaciones criminales en Centroamérica para hacer creer a las familias que si los menores no acompañados cruzan la frontera podrán quedarse en Estados Unidos.

Además, anunció una nueva batería de medidas para hacer frente a la ola masiva de niños indocumentados que cruzan la frontera. Se enviarán más jueces, oficiales de asilo y abogados a las zonas fronterizas, y se abrirán nuevos albergues.

Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, dijo que no hay ningún plan específico por ahora para desplegar en la frontera a la Guardia Nacional.