Alejandro Martí y Juan Francisco Torres Landa, líderes de México SOS y México Unido contra la Delincuencia (MUCD), coinciden en que el crecimiento de los secuestros en el país se debe al abandono de la estrategia de combate en los últimos cuatro años.

El sexenio de Felipe Calderón se concentró en la lucha contra el narcotráfico, mientras que para Peña Nieto “el primer año fue el año de las reformas”, dice Martí y explica que sus reclamos en el tema de secuestro durante 2013 sólo se materializaron un año después, porque “a mí me dicen que por prioridades en política no pueden hacer demasiadas cosas a la vez, y yo siempre insistí en ese primer año, lo insistimos en el Observatorio Nacional Ciudadano, estábamos muy alarmados”, dice en entrevista.

Torres Landa, vocero de MUCD, recalca el error que fue anteponer las reformas sobre la seguridad: “Estas reformas estructurales no nos van a dar mucho si no logramos resolver la cuestión de seguridad”, dice.

En los últimos cuatro años el delito se incrementó en 37%, ya que de mil 236 casos de secuestro en 2010, se pasó a mil 695 en 2013, de acuerdo con cifras reportadas por el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

MUCD estima que sólo uno de cada 100 plagios es atendido por la autoridad. De acuerdo con un cálculo hecho con los mil 695 secuestros reportados por el SNSP y los 105 mil al año que arrojó la encuesta de victimización realizada en 2012 por el Inegi, Torres Landa explica: “La diferencia quiere decir que en el país 98.8% de los secuestros no se denuncian”.

El aumento de plagios también ha provocado su “democratización”, advierte Torres Landa: “Ya no es un perfil único [el que puede ser secuetrado], ya es a todos los niveles, en todos los lugares; nadie se salva de este flagelo, todo el mundo está expuesto”.

En términos de negocio, el activista enfatiza que la autoridad ha permitido su rentabilidad y proliferación, porque “de cada 100 casos, sólo uno se castiga, para el negocio es el escenario ideal. Un porcentaje de 1% de riesgo.

“El estímulo debería ser de premiar el trabajo, el éxito, y reconocerlo. En nuestro país el ser exitoso te convierte en un blanco natural para la extorsión, para el secuestro”, lamenta.

Martí, optimista

Pese al panorma, Alejandro Martí se muestra optimista respecto a la estrategia: “Creo que es un compromiso personal del Presidente y del secretario de Gobernación”, a lo que se suma la figura del coordinador [Renato Sales], pues “es la primera vez en la historia del país que tenemos una persona responsable ante la sociedad para disminuir el problema”.

Para dimensionar los avances tecnológicos en materia antisecuestro, Martí hace referencia a la historia personal que lo llevó al activismo: “Con los elementos técnicos de ahora hubiera agarrado a los secuestradores de mi hijo y lo hubiera recuperado”.

El periodo de abandono gubernamental [los últimos años de Felipe Calderón y el primer año de Enrique Peña Nieto] tiene el incómodo paralelismo de coincidir con la discusión y promulgación de la Ley para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro de 2010.

La única salida que ve el vocero del MUCD para que esta estrategia tenga continuidad y resultados, es que “tiene que haber una sensación directa [en los políticos] de que la falla en estos temas incide en las urnas”.