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Retrata nuevo libro de Tavira a los Salinas, tras su salida del poder

El Universal
Miércoles 19 de noviembre de 2014
Retrata nuevo libro de Tavira a los Salinas, tras su salida del poder

Portada del libro "Los Salinas. Retratos de los Cachorros del Poder". Y el periodista Alberto Tavira, autor del libro sobre los Salinas. (Foto: ESPECIAL )

Historia de una de las dinastías más influyentes del México contemporáneo

El periodista Alberto Tavira recrea en su más reciente libro la vida en torno a los familiares del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, luego de que éste dejó la Presidencia de la República. Aquí un fragmento del libro Los Salinas, de Alberto Tavira (Temas de Hoy 2014), reproducido con autorización de Editorial Planeta Mexicana.

La profecía que no se cumplió. Octubre de 2008, colonia Condesa, una tarde soleada de un domingo cualquiera. Entre los árboles del Parque México hay un escenario improvisado desde donde suena música alegre. La gente se acerca. Se arma un ambiente de fiesta. A lo lejos destaca el rostro de un joven desconocido para la mayoría: Emiliano Salinas Occelli.

El hijo de Carlos Salinas de Gortari, vestido con jeans y camisa azul a rayas blancas, baila con otros jóvenes y promueve abrazos por la paz, al más puro estilo Mahatma Gandhi. No se sabe si lleva escolta —y si la lleva está muy bien camuflada entre los asistentes vestidos con pants, playeras y jeans, o entre los miembros del Movimiento Inlak’ech, vocablo que en maya significa “Tú eres yo y yo soy tú”—. El movimiento pretende poner un alto a la violencia en México mediante la realización de eventos artísticos y organizando a la sociedad para recuperar los espacios públicos del miedo y de la delincuencia, “utilizando la fuerza de la paz y la unidad de las personas”.

A los que lo conocen de cerca no les sorprende. Y es que a pesar de su formación académica, el primer hijo varón que tuvieron Carlos Salinas de Gortari y Cecilia Occelli González ha estado más del lado del activismo ciudadano que en el terreno político. En marzo de 2011 la periodista Denisse Maerker, en su programa Punto de Partida que se transmite por Canal 2 de Televisa, le preguntó a Emiliano Salinas Occelli si estaba interesado en seguir una carrera política, a lo que él respondió: “Sería legítimo si yo considerara que el gobierno es la solución a los problemas que enfrentamos hoy en día”. Afirmó que está convencido de que en la ciudadanía es en donde radica la solución a los problemas sociales y no necesariamente en el gobierno. El tono apasionado de Emiliano respecto a su agenda profesional corresponde a un chico rico y poderoso que sabe que está haciendo un uso apropiado de su suerte.

Quizá esa fue una de las razones por las que fundó el Movimiento Inlak’ech por la Paz, AC, organización que, de acuerdo con su página de internet, tiene la aspiración de lograr un México “lleno de rostros sonrientes […] donde podamos trabajar juntos, respetarnos y apoyarnos sin importar diferencias o crianza; un lugar en el que nos demos la bienvenida sin miedo y donde los mexicanos nos veamos los unos a los otros con admiración y respeto”.

Dicho movimiento ha recibido algunas críticas debido a que se trata de una derivación de los conceptos del polémico motivador estadounidense Keith Raniere, fundador de la organización NXIVM, que tiene su sede en Albany, Nueva York, Estados Unidos, quien de acuerdo con su página oficial se define a sí mismo como “científico, matemático, filósofo, empresario, educador, inventor y autor”.

Supuestamente calificado con el coeficiente intelectual más alto del mundo, según el Libro Guinness de Récords de 1989, Raniere utiliza el método de “investigación racional” e imparte cursos llamados Programas de Éxito Ejecutivo (PEE), conocidos también por sus siglas en inglés como ESP (Executive Success Programs), dirigidos a empresarios globales y líderes.

La página electrónica del NXIVM asegura que estos programas se centran en la coherencia en todas las áreas, “ayudando a las personas a desarrollar las habilidades prácticas, emocionales e intelectuales que necesitan para alcanzar su potencial máximo”, mediante una “tecnología llamada cuestionamiento racional”.

Su filosofía no tardó en cruzar la frontera. A principios de 2007 se inauguró el Centro ESP en la ciudad de México, en las Lomas de Chapultepec. Los medios encargados de la cobertura de eventos sociales documentaron el corte del listón. Tijeras en mano, la escena fue estelarizada por Alejandro Betancourt, Nancy Salzman y Emiliano Salinas Occelli. Entre los asistentes al evento destacaron la madre de Emiliano y ex primera dama de México, Cecilia Occelli; la hermana del emprendedor, Cecilia Salinas Occelli; uno de sus amigos de toda la vida, Miguel de la Madrid, hijo, así como Alfredo del Mazo Maza, hijo del ex gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo González.

Para algunos el evento fue uno de tantos; para otros representó todo un acontecimiento: los Salinas habían vuelto a los reflectores luego del obligado bajo perfil tras su salida de Los Pinos.

El destape. Nació en el último año del sexenio del presidente Luis Echeverría Álvarez. El segundo hijo de Carlos Salinas de Gortari y Cecilia Occelli González —quienes antes habían debutado como padres con la llegada de su hija Cecilia— fue bautizado con el nombre de Carlos Emiliano, y llegó al mundo el 19 de febrero de 1976 en la Ciudad de México. Ese año su padre acababa de ocupar un puesto medio en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, tras obtener dos maestrías —antes de los 30 años de edad— en Estados Unidos (Política y Gobierno y Administración Pública). En esa época Salinas de Gortari aspiraba al doctorado en Economía en Harvard, que logró un año después de la llegada de Emiliano. Los Salinas Occelli estaban por mudarse de casa a la calle Árbol del Fuego, en la colonia Candelaria, a unas cuantas cuadras de la ampliación División del Norte, delegación Coyoacán, a escasos metros de donde habían fincado su residencia varios años atrás el patriarca de la dinastía, Raúl Salinas Lozano, y su esposa, Margarita de Gortari.

Cecilia Occelli González narró en su biografía El encanto de la discreción (Rosa María Valles Ruiz, 2009) que Emiliano y sus otros dos hijos, Cecilia y Juan Cristóbal, durante su infancia tuvieron todos los cuidados. Refirió que mientras Carlos se dedicaba a su carrera política, ella siempre estuvo al cuidado de los suyos para que disfrutaran de una infancia lo más normal posible, “en un ambiente de cuidado, atención y respeto”, lo cual no impidió que durante su niñez Emiliano se rompiera un brazo y Juan Cristóbal el fémur, debido a sus temperamentos inquietos. Emiliano estudió la primaria en el Liceo Mexicano Japonés, ubicado al sur del DF. Cuando cumplió 11 años y cursaba sexto grado su padre —que se desempeñaba como Secretario de Programación y Presupuesto durante el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988)— fue “destapado” como precandidato del PRI a la Presidencia de la República.



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