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Pueblo del capo, semillero de narcos

El Universal
Domingo 02 de marzo de 2014
Pueblo del capo, semillero de narcos

FEUDO DE GUZMÁN. En La Tuna, ‘El Chapo’ construyó una mansión para su madre y su abuela. Sobre la montaña, también edificó su residencia llamada “El Cielo”. (Foto: DANIEL BECERRIL REUTERS )


LA TUNA.— En el pequeño poblado de La Tuna, enclavado entre montañas, donde nació el capo mexicano Joaquín El Chapo Guzmán, el narcotráfico que domina la economía local ya está engendrando a la próxima generación de traficantes y sicarios.

Guzmán, detenido el fin de semana, comenzó su vida en esta comunidad situada en lo alto de la sierra, en el noroccidental estado de Sinaloa.

Ahí, la producción de mariguana y la amapola que se utiliza para la producción de opio creció en las últimas décadas, alimentando dinastías que forjaron a famosos capos de la droga.

El poblado es patrullado por jóvenes armados que cargan rifles de asalto. Vigilan las precarias carreteras de grava a bordo de pequeñas motocicleta de cuatro ruedas para resguardar el feudo de Guzmán.

En esa misma zona de montañas rocosas, el Ejército realiza constantes operativos donde el objetivo principal es erradicar los prominentes plantíos de mariguana y amapola que crecen sobre las laderas, una tarea que nunca acaba.

“Esta es la cuna del narcotráfico, es como una escuela”, dijo Mario Valenzuela, alcalde de Badiraguato, donde está el poblado de La Tuna.

En medio de casas de techo de hojalata que trepan a las elevadas laderas, Guzmán construyó una mansión para su madre y su abuela, con tonalidades rosa y naranja. Sobre la montaña también está su propia mansión El Cielo, rodeada por grandes pinos, apenas visible.

La noticia sobre la detención del capo conmocionó a la población del lugar, que ve a Guzmán como una de las personas más poderosas de México, bañado en riquezas con las que por años pudo pagar a políticos y policías que incluso le ayudaron a escapar de una prisión de alta seguridad en 2001.

Muchos jóvenes que crecieron en las montañas de La Tuna ven a Guzmán como el héroe y modelo a seguir. Abrigan la esperanza de algún día ser como él: tener poder, muchas mujeres y acumular riquezas.

En esta zona, su única alternativa es trabajar en el campo o unirse a la economía informal de las calles, actividad en continuo crecimiento en México ante la falta de oportunidades laborales en el sector económico regulado.

“Yo voy a ser el segundo más buscado”, dice en tono de broma a sus amigos un joven de 15 años, montado en su motocicleta. Juan, de 19 años, admite que se siente atraído por el estilo de vida que tienen los narcos. (Reuters)



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