El Presidente anunció el cambio del Programa Oportunidades en Prospera. El cambio es bienvenido. Un programa de la magnitud de Prospera no puede mantenerse en la inercia y subordinado a otras prioridades de menor escala y alcance.

Prospera, antes Oportunidades/Progresa, constituye una pieza central de las políticas de equidad y puede contribuir con importantes objetivos de la política social. Apoya a casi 6 millones de hogares, casi la cuarta parte de la población y maneja un presupuesto de 73 mil millones de pesos. Puede tener impactos en nutrición, salud preventiva y avance educativo. Contribuye también con la prevención social de la violencia y con la democratización de la productividad. Es el programa social con mayor cobertura en México. Creado en 1997, es uno de los programas más evaluados del mundo, es pionero y modelo a nivel internacional.

(Aclaro que fui titular de Progresa/Oportunidades entre 2001 y 2006. Desde 2007 estoy colaborando en más de 20 países que aplican este tipo de programas. En 2013 participé como consultor en las discusiones sobre el rediseño del programa. No puedo ocultar que me da mucho gusto que se haya concretado ya.)

Aún falta conocer detalles. En los próximos días se sabrá más sobre los contenidos de este cambio. Se ha dicho que se incluyen becas para educación superior, que hasta ahora llegaban hasta el bachillerato. También se menciona que las familias se vincularán con 15 programas productivos para mejorar la generación de ingresos.

También que se dará acceso prioritario de los jóvenes de Prospera a los programas del Sistema Nacional de Empleo.

Estas son buenas noticias. La inserción productiva y laboral es una evolución promisoria en este tipo de Programas. En Brasil y Colombia, por ejemplo, recientemente se han incluido acciones para la inserción de los jóvenes en la vida productiva.

El objetivo de generación de ingresos requiere coordinación efectiva. Hasta ahora, los intentos realizados han quedado a pequeña escala. Esperemos que los programas de apoyo productivo, que ejecutan otras entidades como las secretarías de Economía, Trabajo, Agricultura y Desarrollo Social puedan responder a la escala y condiciones de los hogares en Prospera. El reto operativo es facilitar el acceso en localidades remotas y zonas de alta marginación. También requiere cuidado, la intención no genera mercados.

El cambio no debe descuidar el enfoque de desarrollo humano que es la apuesta central del Programa. El desarrollo infantil en los primeros mil días de vida constituyen la inversión de equidad y reducción de pobreza más costo efectiva. Por el contrario, la desnutrición crónica afecta la capacidad de desarrollo de las personas para toda la vida, su aprendizaje y su productividad. Resulta entonces imprescindible mantener y reforzar la atención nutricional a cargo del sector salud.

El otro reto es la mejora de la calidad educativa. Las escuelas de tiempo completo y los cambios de la reforma educativa con un enfoque de equidad deben llegar a las zonas de mayor rezago social y así contribuirán con los objetivos del Programa Prospera.

La inclusión de las becas para educación superior, es una muy buena noticia, si el acceso es “automático” mediante las bases de datos y el padrón único, evitando la discrecionalidad de los responsables de becas en cada entidad. Esperemos que también se incluyan las becas para educación no escolarizada (Instituto Nacional para la Educación de los Adultos INEA, Cecati) para enfrentar el rezago educativo y mejorar la empleabilidad de jóvenes que no culminaron su ciclo educativo.

Hay mucho más que analizar. Por lo pronto, enhorabuena para las familias en Prospera y los mejores deseos a quienes deben concretar en la práctica este anuncio del Presidente.

Consultor internacional en programas sociales