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Acapulco, Gro.— En una esquina del aeropuerto, turistas, algunos agitando abanicos para mitigar el calor, observan a maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (CETEG) bajar cocos de las palmeras que flanquean el lado frontal de la terminal.

De varias nacionalidades y estados del país, los turistas perdieron sus vuelos por las movilizaciones para exigir la presentación con vida de 43 normalistas de Ayotzinapa.

Algunos paseantes fruncieron el ceño desde las 10:15 horas, cuando policías federales, previo acuerdo con la Secretaría de Gobernación y representantes de los 43 desaparecidos, les abrieron el paso junto a los docentes disidentes, a los estudiantes y activistas que los apoyaron en la movilización. Los gritos “ ¡Ayotzi vive, la lucha sigue!”, resaltaban de entre todos los sonidos.

“Tengo que llegar a Monterrey. Mi avión sale a las 11:40”, explicó una señora de unos 50 años, momentos después de que el contingente impidiera el paso de vehículos. La mujer movía el ceño cada que mencionaban que podía perder el avión, contó que fue bajada de un taxi, metros antes de llegar al Fórum Mundo Imperial, tres kilómetros atrás del aeropuerto.