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La política migratoria de México es persecutoria y a fin de que deje de ser una “pesadilla mexicana”, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y El Caribe, Mariana Gómez del Campo, informó a centroamericanos que se impulsan reformas a la ley para que no sean tratados como criminales.

Acompañados por el sacerdote Alejandro Solalinde y otros activistas, familias de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala narraron casos de violencia extrema que han enfrentado en “La Bestia”, el ferrocarril de carga que va del sur a norte del país, al que suben en condiciones que carecen de dignidad humana, donde el crimen organizado los extorsiona, viola y asesina.

Exigieron que se legislen cambios para que la migración sea regulada con una visión de seguridad humana, que les permita transportarse en servicio público de pasajeros, con permisos de tránsito migratorio, por periodos cortos, como 15 días, en los que puedan trasladarse a su destino final: Estados Unidos.

Sin embargo, en México las autoridades migratorias “nos tratan como criminales”, dijo Oswaldo Urbina, de Honduras. Y reprochó que en su país para obtener visa para México, el consulado exija cuentas bancarias, propiedades, entre otros requisitos. Pidió que el gobierno mexicano “se sensibilice y nos deje pasar dignamente”.

La senadora Gómez del Campo (PAN) encabezó la reunión, a la que asistió en su primera parte Dolores Padierna (PRD), y los activistas destacaron la ausencia de la presidenta de la Comisión de Migración, Ana Gabriela Guevara (PT), y escucharon relatos de migrantes víctimas de la violencia criminal, corrupción de personal de Migración, así como de abusos por carecer de documentos.