Obispos de Michoacán llamaron al padre Gregorio López Gerónimo a que regrese a su vocación sacerdotal, pues las acciones que ha emprendido en el municipio de Apatzingán han sido a título personal, sin el acompañamiento de la Iglesia.

El arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, dijo que en ocasiones las personas caen en la tentación de sentirse importantes y ser protagonistas, “por lo que creo que el padre se ha dejado llevar por todas las cámaras y la fama que ustedes le han hecho [medios de comunicación] y la gente a veces se marea”.

Acompañado de los también obispos de Apatzingán, Tacámbaro, Lázaro Cárdenas y Zamora, aseguró que una sanción o amonestación contra el sacerdote depende del comportamiento que asuma en los próximos días, mientras que hasta el momento el llamado para él ha sido a que “se serene y reflexione para que sea más sensato y auténtico sacerdote”, puntualizó Suárez Inda.

Al respecto, el padre Gregorio López dijo que se dejaría de protagonismos y trabajaría a nombre de la Iglesia para llevar el mensaje de paz y reconciliación creando un grupo de ex criminales que hagan tareas de beneficio a la sociedad para resarcir sus faltas

Por su parte, el obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velázquez, dijo que ante la difícil situación que se vive en la región de Tierra Caliente es ingenuo pensar que la problemática se va a solucionar pronto, pero que existe una esperanza en la que todos los sectores de la sociedad “debemos trabajar”.

En conferencia de prensa reconoció que la situación en la zona es muy complicada, incluso para la Iglesia católica en su deber de llevar el mensaje de paz a los feligreses entre sus parroquias, ya que “de nuestra gente, una está en territorio comunitario y otra en territorio templario, por lo que el discurso debe ser de una forma para unos, y de otra forma con los otros, para encontrar la reconciliación”.

Por tal motivo, señaló que parte de la función de todos los sectores, e incluso de los medios de comunicación, es la de promover la paz sin contraponer a las instituciones ni a los grupos, ya que “eso resulta peligroso en este momento”.

Patiño Velázquez apenas pudo contener el llanto que provoca la angustia en la que se encuentran muchas familias que viven en Tierra Caliente, al explicar que debido a la situación, los cortadores de limón no pueden trabajar y se están quedando sin comer, mientras que en las huertas, el fruto se encuentra tirado.

Ante la estrategia del gobierno federal, Miguel Patiño señaló que se percibe un interés de las administraciones estatal y de la República para controlar el problema, ya que por lo menos se ha visto que ya no hay bloqueos de carreteras, quemas de negocios, ni los “chicleros” de Apatzingán, que son niños y jóvenes que también están involucrados en el problema, haciendo un mal.

El obispo de Apatzingán dijo que incluso hay autoridades en los municipios que están “coludidos con los grupos, y eso no está bien”.

En Morelia, el obispo aseguró que es falso que apenas la Iglesia haya levantado la voz contra los problemas de inseguridad que ha generado el crimen organizado en la región, lo que incluso provocó la muerte de por lo menos cinco sacerdotes.

Informó que desde los años 80 se emitieron dos cartas pastorales, una por el sembradío de mariguana en la zona y la otra por los asuntos del narcotráfico, mientras que en los 90 y principios del presente siglo, la Iglesia envió otras cuatro cartas más “y desde provincia se ha levantado la voz”, precisó.