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Washington.— La Casa Blanca confirmó ayer la visita del presidente de México, Enrique Peña Nieto, el próximo 6 de enero para abordar con el presidente Barack Obama la necesidad de fortalecer y ampliar el diálogo en materia de cooperación económica, de seguridad y de una agenda de temas sociales.

“El presidente (Barack Obama) espera darle la bienvenida el presidente Peña Nieto a Washington y trabajar con él para continuar con el fortalecimiento de la asociación estratégica entre los Estados Unidos y México y avanzar en nuestros objetivos comunes”, aseguró la Casa Blanca mediante un comunicado.

La visita del presidente Peña Nieto a la Casa Blanca será la segunda que realiza desde el mes de noviembre de 2012, cuando era presidente electo. En aquel entonces, el objetivo del encuentro fue el de dar un golpe de timón a unas relaciones que desde el punto de vista del gobierno mexicano se habían entrampado en la lucha contra el narcotráfico que impulsó Felipe Calderón durante su mandato.

Dos años después, la violencia y el tema de la seguridad, vuelven a estar de regreso como temas inevitables en un encuentro que servirá de marco al encuentro del denominado Grupo de Alto Nivel Económico que encabezará el vicepresidente, Joe Biden.

En este sentido, las preocupaciones por el ambiente de inestabilidad, marchas y protestas que han surgido tras la desaparición de 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa el pasado 26 de septiembre, ocupaban la atención de analistas y observadores que subrayaban la distinta lógica que desde Estados Unidos mantienen los inversionistas y los defensores de los derechos humanos.

“El problema para el presidente Enrique Peña Nieto será si alguien le pregunta sobre la seguridad jurídica y el Estado de derecho (tras los incidentes en Iguala). ¿La respuesta podría valer para los inversores, pero no para los estudiantes?”, se preguntó Héctor Schamis, de la Universidad de Georgetown en alusión a la encrucijada que enfrenta un presidente obligado a ofrecer seguridad a los inversionistas extranjeros, pero sin descuidar el espinoso asunto de los derechos humanos, la colusión del poder político con el crimen organizado y la rendición de cuentas.

Esta semana, el presidente Obama y el secretario de Estado, John Kerry informaron que ofrecieron asistencia a México, principalmente de carácter forense, para esclarecer la suerte de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.