El problema de que se hayan colado candidatos del narco en los últimos años ha sido en parte por falta de cuidado y respeto a las normas internas de los partidos; es el caso de Iguala en 2012. Los partidos pueden hacer las convocatorias, respetar sus estatutos, premiar a la militancia. Es más improbable que un militante de largo tiempo sea un “colado” del crimen, que alguien nuevo. Si respetas la militancia reduces el riesgo de este tipo de candidaturas.

Yo no creo que venga a certificarte ni la PGR ni el Cisen. Los partidos deben ser los responsables, el gobierno federal carece de la capacidad informativa para ello. Si el partido le da la tarea a la PGR y dentro de dos años un candidato hoy se convierte en narcotraficante mañana, los partidos le echarán la culpa a la PGR.

La cuestión es la más grave de los últimos meses, y por eso es que Ayotzinapa rompe la confianza que tenían los partidos de oposición, en este caso el PRD. La oposición en México durante 30 o 40 años era como la válvula de escape, como la esperanza de que al final del túnel había luz; la esperanza de una vida mejor, ya que la oposición era el contrapeso emocional para un futuro diferente.

El mayor problema de Ayotzinapa es que mata la esperanza en que la oposición sea una alternativa al sistema de privilegios-corrupción (…) Cuando no hay alternativas de partidos se empieza a erosionar la confianza en salidas institucionales, porque la gente no sabe qué hacer… ¿a quién vas a apoyar si el PAN es corrupto; el PRD es corrupto; el PRI es corrupto, entonces, qué alternativa hay de oxígeno; ese es el mayor daño al ánimo en la vida político institucional.

*Director de Integralia