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México “es un Estado débil” al no poder garantizar el uso legítimo de la fuerza, no controlar la totalidad de las regiones, registrar infiltración del crimen organizado y una falta de autoridad unificada, afirmó Edgardo Buscaglia, catedrático de la Universidad de Columbia.

“El país está enfrentando un punto de inflexión. Estas movilizaciones imponen una agenda de cambio que realmente simbolice un pacto de seguridad que venga desde abajo hacia arriba y, con ello, se pueda cambiar la estructura al Estado mexicano, se pueda rescatar al Estado, que está débil”, dijo.

Explicó que “la sociedad civil no va a limpiar al Estado, tienen que ser jueces, fiscales, pero el catalizador, es la sociedad civil. La delincuencia organizada, es una delincuencia de Estado”.

Los grupos criminales, aseguró, se desarrollan mejor en Estados fallidos. En México, los cárteles controlan casi 80% de los municipios del país; existen paramilitares, filtración del narco en política y “México es ya concebido como un Estado débil”.

“La delincuencia organizada está tomando el país, ha tomado las instituciones a nivel local, eso se manifiesta abiertamente y cuando hay complicidad de autoridades a nivel local, siempre hay complicidad política”, agregó Buscaglia.

Destacó que el rescate por parte de una movilización social se debe basar en una propuesta concreta, como es la limpieza de precandidatos a las elecciones y que éstos no sean elegidos por caciques, como ocurrió con el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, como los que hay muchos más en México.

Recomendó que se debe identificar a los políticos que están trabajando con la delincuencia organizada y que sean procesados con instancias supranacionales para evitar impunidad.