politica@eluniversal.com.mx  

Chilpancingo, Gro.—A un mes un día de la masacre de Iguala, padres de familia de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos desde entonces, acompañados de integrantes de diversas organizaciones sociales y estudiantes de diferentes partes del estado, realizaron un recorrido por el Periférico Norte en Iguala, donde fueron asesinados tres normalistas.

Alrededor de las 15:00 horas, unas mil personas recordaron a los normalistas Daniel Solís Gallardo, Julio César Ramírez Nava y Julio César Mondragón Fuentes, quienes fueron asesinados por policías municipales sobre el Periférico Norte, el 26 de septiembre pasado. Ahí colocaron tres cruces de madera en su honor.

Los tres normalistas fueron asesinados por policías municipales de Iguala y de Cocula, con el apoyo de sicarios del grupo delictivo Guerreros Unidos, quienes atacaron también un camión en el que viajaban jugadores del equipo de tercera división Los Avispones; atentado en el que también perdieron la vida David Josué Evangelista, medio volante de esa escuadra, el chofer del camión y una señora que viajaba en un taxi. Además otras 25 personas resultaron heridas.

El recorrido fue simbólico, los padres de familia de los desaparecidos, que encabezaron la marcha unos 300 metros, portaban gallardetes con los rostros y los nombres de sus 43 hijos desaparecidos. Casi a un lado de los padres caminaban tres normalistas de Ayotzinapa de primer grado, quienes cargaban las tres cruces de madera con los nombres de sus amigos.

Algunas mujeres rezaron oraciones en el sitio donde el primer estudiante Daniel Solís Gallardo, originario de Zihuatanejo, fue asesinado. El joven murió sobre la calle Juan N. Álvarez, frente a la tienda Bodega Aurrerá, en un primer ataque de los policías municipales y sicarios, cuando los normalistas viajaban en tres camiones.

Metros después de ese lugar, pero al otro día, fue encontrado el cuerpo de Julio César Mondragón. Según las versiones oficiales, al estudiante lo desollaron y le quitaron los ojos.

Los padres y normalistas colocaron una tercera cruz en el mismo sitio donde fue abandonado el cuerpo de Julio César Ramírez Nava, durante un segundo ataque de los policías.

Piden respuestas. Los normalistas guerrerenses llevaron tres playeras de su escuela y las dejaron en los dos sitios, porque aseguraron “ellos siempre serán parte de la Normal Rural de Ayotzinapa; el crimen no quedará impune y su sangre será vengada”.

Algunos de los manifestantes aseguraron que no hay investigaciones serias sobre la búsqueda de 43 normalistas de Ayotzinapa, “porque se han dedicado a buscar a muertos, pero no a vivos; dicen de las fosas, pero no nos dicen si ellos están allí. Seguiremos en el movimiento para exigir justicia, para que este crimen de estado no quede impune. No lo vamos a permitir”.