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Cada una de ellas busca a sus seres queridos; las fosas clandestinas encontradas a lo largo de los últimos 60 días en Guerrero han representado para estas madres un nuevo punto de partida en la escala de su búsqueda pues se preguntan: Si no son los cuerpos de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa, ¿serán quizás los restos de nuestros hijos? Han decidido no quedarse con la duda y se están capacitando en ciencias forenses para encontrar esta respuesta.

“La desigualdad se filtra hasta en la muerte. Hay muertos que parece merecerían tener un nombre y ser enterrados, y otros no”, comentan.

Son 12, son madres mexicanas que están creando su propio sistema forense ciudadano. Julia Alonso, Guadalupe Aguilar, Lucía Baca, María del Carmen Bustamante, María Herrera, Leticia Hidalgo, Norma Ledezma, Leticia Mora, María del Carmen Ortiz, Graciela Pérez, Tita Radilla e Ivonne Rangel, desde el 30 de agosto se agruparon para formar un sistema ciudadano a través del Proyecto Ciencia Forense Ciudadana (CFC) considerado el primer sistema forense dirigido por ciudadanos para localizar e identificar a personas desaparecidas en México con el financiamiento de la Universidad de Durham en Reino Unido.

Realizan investigaciones y han consolidado el primer sistema forense “efectivo, trasparente y confiable, con el fin de llenar el vacío que el Estado mexicano ha dejado por su incapacidad para cumplir con su obligación de investigar debidamente estos casos; estamos ante un colapso de la procuración de la justicia”, denuncia Julia Aguilar, de Ciencia Forense Ciudadana Iguala. En diciembre de 2008 su hijo Julio Alberto salió de vacaciones a Santiago, Nuevo León, nunca más lo volvió a ver; al parecer se lo llevó un grupo de policías.

Con el financiamiento de Gobernanza Forense Ciudadana (GFC) y bajo la dirección del científico mexicano Eduardo Schwartz, ganador del premio Economic and Social Research Council (ESRC) de Reino Unido, y la Universidad de Durham se ha realizado el proyecto que incluye también la recolección de 500 muestras de ADN de familiares de desaparecidos en México.

Se ha recolectado el expediente electrónico de 150 personas que han cumplido con el criterio de selección, y se creó un bio-banco de ADN con las muestras hoy resguardadas en un servidor en la Universidad de Durham, Inglaterra.

“Son ciudadanos que llevan muchos años buscando a sus hijos, y hoy son pioneros en ciencias forenses que conocerán mejores maneras de recopilar evidencia y de presentarla de forma efectiva en los procesos judiciales, aprenderán también la importancia de la planificación de su seguridad y la evaluación de los riesgos en cualquier tentativa de participación en las prácticas forenses; muchos familiares involucrados ya han sido capaces hasta de encontrar a personas desaparecidas con la asesoría de antropólogos”, explica el doctor Schwartz.

Enfrentadas como ciudadanas y madres de familia todos los días a la indolencia y la poca preparación del personal encargado de los servicios periciales en todos los niveles de gobierno, “esa indolencia ha despertado el interés de nuevos actores que desde el mundo académico miran la disfuncionalidad de la Justicia en México y actúan para acabar con esta que parecería una inagotable pila de barbarie. Los científicos no estamos en nuestra “torre de Babel”, lejos de todo, sino que queremos ser actores de una investigación adecuada ante las desapariciones”, agrega Schwartz, quien después de vivir dos años en Colombia, y a lo largo de su postdoctorado observó cómo los ciudadanos de este país fueron capaces de adquirir mejores herramientas para mantener de impedir la mala práctica de la justicia.

Ellas se preparan

Estas 12 mujeres están profundizando sus conocimientos en materia de investigación forense y entre otros aspectos ya saben cómo debe hacerse una investigación judicial, “nos estamos capacitando para abrir la posibilidad a esquemas de cooperación trasparente entre los ciudadanos y el sistema de justicia basado en el debido proceso, pero bajo la dirección y gobernanza de nosotros los ciudadanos”.

Prueba de esta gobernanza dirigida por ciudadanos es lo ocurrido el pasado 23 de noviembre cuando integrantes de Ciencia Forense Ciudadana y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerreo (Upoeg) localizaron fosas clandestinas en el paraje denominado La Laguna.

Eran las 10:30 horas cuando una caravana de autos salieron hacia Cerro Gordo, donde también se han localizado decenas de fosas clandestinas.

Encabezados por Julia Alonzo observaron restos de tierra blanda, basura, comida, ropa tirada, y al encontrar las fosas colocaron banderines de colores para identificar las inhumaciones ilegales y evitar contaminar la escena, para que los peritos de la Procuraduría General de la República exhumen los restos humanos.

“Hemos aprendido que nunca debemos tocar los restos, pues estaríamos criminalizando y contaminando la escena”, explica Aguilar en entrevista con EL UNIVERSAL. Se unieron a este grupo familiares de aproximadamente 30 desaparecidos.

Abren colaboración

Una de las iniciativas más importantes tiene que ver con comenzar una campaña pública de hisopado en la que activistas y víctimas den muestras de ADN para una futura referencia cruzada con la “todavía ausente” base de datos de ADN del gobierno de los restos humanos no identificados.

“El objetivo general será demostrar que si los ciudadanos pueden crear un bio-banco, es de esperar que un gobierno rico en recursos, en comparación con los ciudadanos, pueda elaborar de igual forma un bio-banco de referencias cruzadas”, detalló el experto.

Otro de los elementos que hacen relevante este trabajo, es que se abrió la posibilidad de nuevos esquemas de cooperación trasparente entre los ciudadanos y el sistema de justicia a través de este experimento político, social y científico. “En México no faltan ni los recursos, ni las capacidades, sino que nos falta hacer este asunto equitativo, claro y trasparente, homologar y hacer un trabajo técnico de fondo sin soslayar el tema”, concluye el investigador.

La PGR anunció el lunes pasado que las fosas halladas por este grupo, ya están en manos de sus peritos.