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Ayer tres de las 18 personas —entre ellas dos menores— presentadas ante la Procuraduría General de la República (PGR) tras los actos vandálicos del sábado frente al Palacio Nacional, en los que una de las puertas fue quemada, obtuvieron su libertad, ante la falta de evidencias en su contra.

De hecho, la jornada afuera de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde permanecieron los detenidos se caracterizó por los señalamientos de que la policía capitalina detuvo, una vez más, en lugares distintos a algunas personas que no participaron en los hechos.

Hasta anoche los estudiantes Luis Andrés Villegas, Juan Francisco Manrique y Gabriel Karam Moreno quedaron libres, sin cargo alguno, declarando como testigos ya que no participaron en los destrozos.

Familiares y representantes de organizaciones de derechos humanos dijeron que levantarán denuncias penales en contra de los policías del Distrito Federal que realizaron las detenciones que calificaron de arbitrarias.

Axel González, de 21 años, quien tras salir de su trabajo como cajero a las 18:45 horas cenó con una amiga, la llevó a su casa ubicada cerca del Zócalo, tras lo cual se dirigió al Metro, el cual estaba cerrado, cuando fue detenido, dijo su madre Elsa González, quien exhibió como prueba el ticket del restaurante que su hijo pagó con tarjeta, así como el testimonio de la chica que estuvo con él, y de sus compañeros de trabajo.

En la SEIDO, Axel González está aislado con un chaleco naranja porque fue detenido por federales.

Sayuri Herrera Román, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, informó que la mayoría de los detenidos fueron capturados por policías del Distrito Federal y después de cuatro horas de búsqueda se pudo saber que estaban en la SEIDO. La organización no gubernamental agregó que asiste a la mayoría de los detenidos, entre los que están dos mujeres y dos menores de edad.

Herrera detalló que denunciaron las irregularidades en las detenciones a la PGR, por lo que “todos los detenidos saldrían libres tras rendir su declaración”; además, dijo que no todos los presentados son estudiantes, como es el caso de Karina Cárdenas, quien es trabajadora y su jefe lo informó a los policías que se la llevaron.

El primer liberado. A los detenidos, expresó, se les permitió hacer una llamada telefónica hasta las 11:30 horas del domingo; mientras que Luis Andrés Villegas Esparza, el primer liberado minutos después de las 15:00 horas, señaló que comenzó a declarar como testigo dos horas antes.

Villegas, de 28 años, estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) acudió a la marcha, pero al iniciar los actos vandálicos caminó hacia el Zócalo donde en el asta bandera vio a un hombre sangrando de la cabeza y lo asistió.

Al no arribar la ambulancia que solicitaron cargó al hombre hasta la calle de Madero donde arribaron policías y sus acompañantes lo dejaron con el herido, momento en que lo detuvieron los granaderos.

“Me agarraron, me llevaron a la plancha del Zócalo y como otras personas habían visto que estaba yo cuidando al herido le hablaron a periodistas y ellos fueron los que lo hicieron patente”, recordó.

Al estar en la SEIDO fue fichado; le dieron de desayunar y le tomaron su declaración en calidad de testigo por lo que no tiene delito alguno en su contra, no hubo evidencia de ilícitos y salió libre ayer.

De igual forma ocurrió con Juan Francisco Manrique, estudiante del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), quien participó en la marcha y al retirarse fue detenido por los policías de Seguridad Pública del Distrito Federal por grabar con su celular la detención de una persona. Las imágenes de él observando de lejos el operativo policiaco se difundieron ayer ampliamente en redes.

Manrique presentará una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y otra penal en contra de los policías que lo detuvieron.

“Soy un ciudadano que lo que puede hacer es documentar una detención arbitraria con sus ojos y por ese simple hecho es objeto de golpes, de persecución, eso es ilógico, es el testimonio del desastre que se está convirtiendo éste país en seguridad pública”, expresó.

En el caso de David Giovani Hernandez, de 21 años, estudiante del segundo semestre de Derecho en la UNAM, su familia asegura que no participó en la marcha, ya que trabaja en las calles de Venustiano Carranza y Bolívar, en el Centro, y caminaba a su casa cuando fue detenido.

“Está golpeado, tiene fracturado un dedo y un golpe en la cabeza, no lo han atendido”, explicó una de sus tías; sus otros familiares levantaron ayer una denuncia ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

De los 18 detenidos 16 son hombres, dos mujeres; las edades van de los 15 a los 33 años: 12 son estudiantes, dos trabajadores, un artista y del resto no se disponía en ese momento con información sobre su actividad, refirieron los abogados.