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Crónica. La larga cacería de "El Kike"

Doris Gomora| El Universal
Martes 01 de abril de 2014

doris.gomora@eluniversal.com.mx  

Sobre la prolongación de la calle de Puebla, en la cabecera del municipio de Colón, en Querétaro, el movimiento de infantes de Marina se hacía visible especialmente después de que se escucharon disparos y de que minutos después los elementos federales salieran con varias personas detenidas que fueron subidas a vehículos a excepción de uno que estaba muerto: era Enrique Plancarte.

Dos semanas atrás una docena de michoacanos y su jefe Enrique Plancarte, uno de los dos líderes que aún quedaban en la organización criminal Los Caballeros Templarios, llegaron a la vivienda de la prolongación de la calle de Puebla. Lo que más llamaba la atención de los pobladores era que los fuereños recién llegados sólo salían por las noches.

Todo comenzó a las 10 de la mañana del domingo pasado, cuando seis camionetas de la Armada de México arribaron al municipio queretano de Colón con cerca de 50 infantes de Marina, todos iban con los rostros cubiertos con pasamontañas. Montaron retenes desde el crucero a El Lindero, donde también efectuaron cateos a varios domicilios.

Otros marinos se desplegaron sobre la carretera que conduce a la cabecera de Colón y comenzaron a revisar vehículos, así como de personas. Para esa hora el gobierno del estado ya había sido informado acerca del operativo federal.

El ayuntamiento de Colón colocó en su página de Facebook un mensaje en el que confirmó los operativos, su disposición para colaborar con las autoridades federales y pidió calma a la ciudadanía. “La Administración Municipal 2012-2015 aconseja a la ciudadanía a mantener la calma respecto al operativo Federal de la Secretaria de Marina Armada de México así como solicitarles su apoyo para facilitar el actuar que en todo momento requiera el personal de la Infantería de Marina”, indicó el aviso.

Con el arribo y sobrevuelo de los helicópteros los pobladores comenzaron a inquietarse, y más aun cuando al mediodía dos camionetas con elementos de la Marina Armada de México ingresaron a la iglesia del centro del municipio y portando sus armas comenzaron a buscar en el interior del inmueble.

A las cinco de la tarde, federales se dirigieron al norte del municipio al barrio conocido como “Las Crucitas” y catearon domicilios, en algunos casos incluso retiraron los techos de lámina, contaron pobladores del lugar.

Para esa hora aproximadamente 100 elementos del Ejército Mexicano, 50 de la Policía Federal y otros más de la policía ministerial se habían unido al operativo para ubicar a Enrique Plancarte y los miembros de Los Caballeros Templarios que lo acompañaban.

Las revisiones se habían extendido hasta transportes de pasajeros, camionetas de particulares y de empresas, motonetas, taxis, y comenzaron a cerrar el paso en la calle prolongación Puebla.

El vuelo de los helicópteros sobre esa zona se incrementó, y a los pocos minutos los vecinos comenzaron a escuchar disparos, hasta que observaron que los marinos salían con personas detenidas; el operativo había terminado, el día había sido largo, Enrique Plancarte, líder de Los Templarios, estaba muerto.



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