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A nte el desencanto y crisis de los partidos políticos, los ciudadanos tendrán en los comicios de 2015 la posibilidad de presentar liderazgos locales competitivos que obliguen a democratizar la vida interna de los partidos y rompan años de monopolio en el registro de candidaturas a cargos de elección popular.

Especialistas consultados coinciden en que las candidaturas independientes, introducidas en la Constitución y en la ley electoral, elevarán el nivel de exigencia hacia los nominados de los partidos políticos porque, sin duda, serán ciudadanos con una trayectoria política y respaldo social.

Asimismo, señalan que esta figura fue resultado de una demanda de la sociedad civil organizada para participar en decisiones de gobierno, al no sentirse representados en los partidos.

Y frente a los comicios de 2015 consideran difícil que haya, al menos, un registro de candidato independiente por cada uno de los 300 distritos electorales para diputados federales de mayoría relativa —como estimó la autoridad electoral—, debido a la serie de requisitos establecidos en la ley.

Para obtener el registro de candidato independiente a diputado federal, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales dispone que en 60 días el aspirante debe recabar en reuniones públicas, asambleas y marchas la firma de un equivalente al 2% de la lista nominal de electores correspondiente al distrito electoral por el que se va a competir.

A este requisito se suma que esas firmas deberán corresponder a ciudadanos de por lo menos la mitad de las secciones electorales que sumen cuando menos el 1% de ciudadanos que figuren en la lista nominal de electores en cada una de ellas.

Por ejemplo, un candidato para contender en Iztapalapa necesitaría 27 mil 348 firmas y el apoyo en 352 secciones, que equivale a 2% de la listan nominal del distrito electoral.

El artículo 371 de La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establece que para ser candidato independiente a Presidente de la República, la cédula de respaldo deberá de contener cuando menos la firma del 1% de la lista nominal, al corte del 31 de agosto del año previo a la elección, es decir, que si ahora fuera la elección con una lista nominal de 81 millones 891 mil 419 electores, el respaldo ciudadano sería de 818 mil 914 firmas.

Los cambios en la ley

La reforma electoral de 2012 que reconoció la figura de candidato independiente en la Constitución y en la ley electoral; los cambios de 2007 al artículo 116 constitucional que permitieron los candidatos independientes en las entidades; y los aspirantes independientes a la Presidencia de la República de 2006, forman parte de las luchas por lograr el reconocimiento del derecho humano universal de votar y ser votado.

Desde 1946 en la Ley Electoral Federal, los partidos políticos tenían el monopolio del registro de las candidaturas, ya que sólo se permitía contender por un cargo de elección popular a través de un instituto político.

Fue de 2004 a 2006 cuando los partidos enfrentaron los esfuerzos más fuertes para que se reconocieran a los aspirantes independientes sus derechos constitucionales, ante la decisión del ex canciller Jorge G. Castañeda Gutman de buscar la candidatura a la Presidencia de la República.

Sin partido político que lo apoyara en sus aspiraciones, Castañeda Gutman recorrió el país buscando simpatizantes, recurrió a los tribunales y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y ante la negativa para concederle el registro, acudió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En esta misma vía se anotó el empresario farmacéutico Víctor González Torres, conocido como Dr. Simi por la popular botarga que publicita sus medicamentos. Autollamado “candidato ciudadano independiente no registrado” porque el entonces Instituto Federal Electoral le negó el registro en 2006, convocó a votar por él en el espacio en blanco de la boleta electoral.

De acuerdo con los registros históricos, en 2007 Adonay Avilés Sierra, un ex priísta que había sido dos veces presidente municipal, se convirtió en el primer candidato independiente en ganar una elección municipal en Yobaín, Yucatán.

En 2013, Raúl Luna Tovar, un ex panista que había sido presidente municipal, se convirtió en el segundo candidato independiente en ganar una elección en el municipio de General Enrique Estrada, Zacatecas.

Ese mismo año, el hartazgo ciudadano a las malas actuaciones de los partidos políticos y sus candidatos tuvo una expresión inédita en el llamado al voto nulo, cuando en Veracruz se postuló al Gato Morris como candidato a presidente municipal de Xalapa.

El próximo viernes concluye el plazo para que los interesados en contender por una candidatura independiente para diputados federales exprese su intención ante el INE, acompañado de la copia de constitución de una asociación civil y su registro al Sistema de Administración Tributaria.

En caso de proceder su registro, el INE le expedirá el 29 de diciembre su constancia para que a partir del 30 de diciembre y hasta el 27 de febrero recabe firmas de apoyo, con recursos privados de origen lícito y realizar un gasto máximo de 112 mil pesos 37 pesos.

Asimismo del 22 al 29 de marzo tendrá que entregar su solicitud de registro por el distrito que compita, acompañada de la plataforma electoral y una carta en la que exprese no haber recibido recursos de procedencia ilícita.

La competencia desigual

De acuerdo con el profesor y politólogo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Jesús Cantú, los aspirantes independientes se enfrentarán a los candidatos de los partidos políticos en una competencia muy inequitativa por los requisitos para su registro y será muy difícil que los puedan cumplir y después ganar una elección por el financiamiento reducido y las limitadas prerrogativas en tiempo de radio y televisión.

Recuerda que las candidaturas fueron una exigencia planteada por la ciudadanía y muchas de las organizaciones de la sociedad civil, académicos y una exigencia de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos cuando revisó el caso México.

Aunque Cantú acepta que los partidos cedieron a la exigencia de candidaturas, establecieron condiciones que hacen que sea inaplicable la ley.

Sin embargo destaca la importancia de los candidatos no partidistas, para poner presión a los partidos políticos, porque deberán ser más rigurosos en la selección de sus candidatos, para presentar los mejores, así como para fortalecer el vínculo con la población.

Además, establece que las candidaturas independientes podrían propiciar también candidaturas emergentes, con liderazgos entre la sociedad para encabezar luchas auténticas porque son construidas de abajo hacia arriba, comprometidos con los ciudadanos.

Cantú rechaza que las candidaturas independientes acaben con el monopolio del registro de nominaciones de partidos y, en consecuencia, ahora los institutos políticos se están abriendo a las eventuales candidaturas ciudadanas con un costo. “Hay un hartazgo de partidos y se acepta”, dice.

Considera que la demanda social de candidaturas independientes no ha sido atendida debidamente y es una exigencia que debe mantenerse para que esta figura se utilice como vía para canalizar las inconformidades.

Diferencia de términos

En tanto, para el director de Análisis Político y Legislativo de la consultora Integralia, Gustavo Gil, las candidaturas independientes inyectarán una nueva perspectiva a las campañas electorales federales, porque exigirá a los partidos políticos revisar a sus nominados.

Considera que es un derecho político que ya se tenía que regular, y responde a las demandas de un grupo particularmente la sociedad civil que cree que existe una ausencia de representatividad en los partidos.

Respecto a los requisitos para el registro de candidato independiente, Gil considera que si alguien se quiere postular tiene que tener un apoyo y una reputación social, por lo que es positivo que haya requisitos estrictos.

De acuerdo con el politólogo, en algunos estados los plazos para recabar las firmas de apoyo ciudadano son equiparables a los que tienen que entregar ante el INE y en algunos casos son muy cortos.

Mientras en las elecciones federales el periodo para recabar las firmas de apoyo puede ser de 60 a 120 días, dependiendo de la candidatura, en Baja California Sur es de 60 días, y en Chiapas de 10 días. Y de las 17 entidades en que habrá elecciones el próximo año, en cinco aún no se regula las candidaturas independientes, precisa.

Gustavo Gil señala que las candidaturas independientes no son equivalentes a las candidaturas ciudadanas que tienen los partidos y que reservan como una opción para competir en las urnas. Los candidatos independientes son personas que tienen raíces en sus lugares de origen, son reconocidos ampliamente, y tienen que pasar por el respaldo ciudadano.

Explica que la movilidad territorial se da con la construcción de una base previamente, que no se construye de la noche a la mañana, por ello es más probable que las candidaturas independientes sean una figura aprovechada por políticos que ya cuentan con estructura y tengan la posibilidad de convocar a empresarios, militantes, y ciudadanos en general.

Toda persona que salga de un partido, sobre todo en el ámbito local, podrá aprovechar las candidaturas independientes para postularse porque son figuras que han construido una trayectoria en política y en la sociedad, y al ver que tienen posibilidades de competir elevan el costo de los partidos sobre la designación de su nominado, dice el director de Análisis de Integralia.