nurit.martinez@eluniversal.com.mx

El filósofo y escritor español Fernando Savater encabezó una “protesta cívica silenciosa”, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero.

Luego de calificar que hasta ahora sólo existen “siniestros detalles” sobre la investigación para dar con el paradero de los jóvenes ausentes desde el 26 de septiembre, convocó a los cientos de estudiantes, académicos e investigadores de la Universidad reunidos en la sala Nezahualcóyotl a guardar un minuto de silencio.

Esa expresión de solidaridad con los desaparecidos, dijo, es “como una protesta cívica silenciosa” ante acontecimientos como estos que “realmente parece increíble que todavía puedan suceder en el México actual”.

El doctor Honoris Causa de la UNAM se dijo “hondamente preocupado” por los sucesos en los que desaparecieron los 43 jóvenes de la Normal en Iguala, por lo que expresó, con el silencio, su solidaridad con las familias de los estudiantes y para que pronto sean recuperados.

Peligro tecnológico

Luego, al dictar la conferencia Ciudadanos en la red y en la nube, dijo que internet “rompió el orden de la cultura” al cambiar el concepto de ciudadanía, por una parte, y por otra, modificar la forma en que debe verse la educación.

Otorgar tabletas y hacer accesible el internet no es educar, “en realidad internet no educa a nadie, nosotros debemos educarnos para internet”. Planteó que en el pasado el gran problema era que la información llegaba a cuentagotas y hoy lo hace en aluviones.

“Eso tiene peligros serios. el torbellino de informaciones, noticias, de datos, de chismorreo, a veces, de cuentos, y saber distinguir lo valioso de lo inútil o de lo estéril, lo serio de lo frívolo, lo verdadero de lo falso, saber navegar en ese mar es algo difícil y complicado”.

Es decir, se tiene que educar para no perderse en internet, de lo contrario sólo se está generando una “ignorancia hiperinformada”, que tiene acceso a mucha información, pero que no es capaz de distinguir lo real entre lo falso o dudoso.

El ex académico de la Universidad Complutense de Madrid, afirmó ante los jóvenes que para distinguir de entre esa maraña hace falta la educación.

Se pronunció a favor de dotar de tecnología para acabar con la marginación tecnológica de ciertos grupos de la población que enfrentan el rezago humano y en lo social, pero esos instrumentos: internet, tabletas y computadoras, no son la educación, no la sustituye.

Internet es “un torbellino confuso de opiniones, de falsedades, de bulos (noticia falsa). Los bulos se imponen a las verdades, los planteamientos más truculentos, más exagerados, más caprichosos, son los que tiene más audiencia incluso que las realidades que son más sobrias, menos atractivas”.

“Saltar caprichosamente de una fuente de datos a otra ha generado un fenómeno muy de nuestros tiempo: una ignorancia hiperinformada”, insistió el escritor en su ponencia.