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A lo largo de los últimos 15 meses, el presidente Enrique Peña Nieto ha partido de la relación personal con el presidente Barack Obama y el primer ministro Stephen Harper, a fin de apuntalar la relación de México con sus principales socios: Estados Unidos y Canadá.

Desde noviembre de 2012, previo a sumir la Presidencia, Peña Nieto y sus homólogos de América del Norte han ajustado la agenda trilateral para privilegiar los asuntos comerciales sobre los de seguridad.

Mañana, Peña, Obama y Harper se reunirán en Toluca en el marco de la Cumbre de Líderes de América del Norte con la mira puesta en el fortalecimiento del comercio y de las economías de cada nación, en la cooperación en educación, tecnología, seguridad y migración.

Este martes, como lo hizo en mayo del año pasado con el presidente Obama, Peña Nieto recibirá al mediodía en Palacio Nacional al primer ministro canadiense Harper, previo al arranque de la cumbre.

En sus encuentros con Obama y Harper, el Presidente se ha manifestado por una mayor integración económica de América del Norte, por lograr una mayor cercanía entre los tres pueblos y privilegiar la educación, la tecnología y el comercio.

El 27 de noviembre de ese año, Peña Nieto fue recibido por el presidente Obama en la Casa Blanca, ahí coincidieron por primera vez, de manera púbica, en la necesidad de ir más allá de la agenda de seguridad, impulsar reformas, para impulsar la economía y generar mayor empleos tanto en México como en Estados Unidos.

“Considero conveniente hacer un replanteamiento de nuestra mayor integración para lograr en Norteamérica una región más competitiva y con capacidad de generar un mayor número de empleos, fortalecer la integración de Norteamérica y además abrir espacios de mayor relación con la región de Asia”, dijo el mandatario.

Ese día, ambos presidentes declararon su intención de inaugurar una nueva etapa en la que el tema del empleo, el desarrollo y la reorientación hacia Asia a través del Acuerdo de Asociación Transpacífica tendrán un papel destacado.

Obama señaló: “La agenda de reformas del presidente electo Peña Nieto es de enorme interés para nosotros, porque lo que pasa en México impacta en nuestra sociedad”.

Seis meses después, el 2 de mayo de 2013, Obama realizó una visita de trabajo a México. El presidente Peña Nieto lo recibió en Palacio Nacional. Ahí, los mandatarios informaron su decisión de relanzar la relación México-Estados Unidos con énfasis en la integración económica.

Subrayaron que el objetivo era potenciar los 500 mil millones de dólares de comercio anual que convierte a los dos países en socios estratégicos, y con el objetivo adicional de convertir a América del Norte en una región competitiva frente a otros mercados crecientes como el asiático.

Peña Nieto destacó que al relanzar la relación bilateral se estableció que no será monotemática —centrada en seguridad—, ya que “debe permitirnos abrir espacios de oportunidad y de colaboración en distintos ámbitos, en un claro objetivo:

Hacer de la región de Norteamérica una más productiva, una más competitiva, que realmente permita detonar el enorme potencial que tienen nuestros pueblos. Ambos se manifestaron por potenciar la integración económica.

Peña detalló que se puso énfasis en el tema económico porque, dijo, “hemos hecho un análisis y reflexión de lo que hoy es ya la relación económica entre México y Estados Unidos, el flujo comercial y la complementariedad de nuestras economías y el potencial que tienen si queremos realmente convertirnos en una región, la de Norteamérica, más productiva, para poder competir con otras regiones del mundo, esto es lo digno a destacarse”.

El 28 de noviembre de 2012, en Ottawa, Peña se manifestó por una mayor integración de los países de América del Norte, a fin de incrementar la competitividad y creación de más fuentes laborales.

Acompañado por Harper, ratificó su decisión de impulsar reformas legales que permitan mayor participación de capital privado en Pemex, sin que ello signifique privatización.