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Acapulco, Gro.— Ante la marcha que llegó al aeropuerto de esta ciudad, el gobernador Rogelio Ortega Martínez llamó al diálogo a los jóvenes normalistas de Ayotzinapa y a los maestros de la CETEG para solucionar sus peticiones y no destruir la economía de Guerrero.

En conferencia de prensa, el jefe del Ejecutivo estatal dijo al respecto que sería un “gravísimo” mensaje que el turismo cancelara reservaciones programadas para diciembre, y agregó que quien quiera a Guerrero, no puede apostarle a la violencia.

“Entiendo el dolor y sufrimiento, y el drama que están viviendo los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, pero no se vale que al amparo de este dolor y de una petición justa se realicen acciones de violencia y vandalismo, eso no ayuda a Guerrero”, afirmó.

Señaló que han sido suficientemente tolerantes para no criminalizar ni para generar procesos de represión, y solicitó el apoyo de la Policía Federal ante la toma de vías carreteras y de oficinas gubernamentales.

Ortega Martínez pidió a su secretario de Seguridad Pública que no intervenga ante las movilizaciones que realizan normalistas y maestros, porque, dijo, “hay provocadores que ahora han pasado de víctimas a victimarios”.

Mientras tanto, ayer en Chilpancingo, normalistas de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FCSM) se apoderaron de una pipa con más de 10 mil litros de diesel como parte de su “plan de acción radical” para exigir la presentación con vida de sus 43 compañeros desaparecidos.

Los estudiantes que tomaron durante una hora 15 minutos la caseta de Palo Blanco de la Autopista del Sol despojaron al conductor de la unidad y se la llevaron con rumbo a la Normal Rural de Ayotzinapa.