El registro de comentarios y cuentas de redes sociales realizado por el Cisen es una práctica de inteligencia muy usada en el mundo, conocida como “monitoreo de fuentes electrónicas abiertas”, afirma Raúl Benítez Manaut, presidente del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia.

“Es una actividad totalmente legal y legítima. El monitoreo lo puede hacer cualquier persona, yo, tú, pero necesitas un arsenal de 40 empleados”, explica.

Observar “fuentes abiertas” se ha hecho siempre, pero antes sólo se llevaba registro de los medios tradicionales, como radio, televisión y periódicos. Sin embargo, desde el surgimiento del EZLN en 1994, el gobierno empezó a monitorear internet.

“Se escribieron en aquella época, muchos artículos sobre la ‘guerra de redes’ en favor del zapatismo”, recuerda el investigador de la UNAM.

La diferencia entre lo que sucedía hace dos décadas y lo que pasa ahora radica en que la tecnología ha cambiado y en la actualidad se usan redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram y YouTube, entre otras.

“A mí lo que me preocuparía es que el Cisen no lo hiciera… Aquí hay que tener en cuenta que eso también es una fuente de inteligencia”, opina.

Todo ciudadano que utilice las redes sociales puede ser monitoreado por los diversos gobiernos y así debe de entenderlo: “el que escribe un tuit y no sabe que está siendo seguido por los servicios de inteligencia, es que es un ciudadano ingenuo”, sentencia el investigador.