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A pesar de que los casos de influenza en el país han repuntado en los últimos días, los establecimientos mercantiles de la Ciudad de México no han recibido la indicación oficial de reforzar medidas para evitar los contagios entre sus clientes.

En un recorrido por diferentes restaurantes del Distrito Federal, los encargados de dichos negocios comentaron que la única medida permanente que mantienen para evitar la enfermedad es el gel antibacterial, cuyo uso se convirtió prácticamente en un hábito desde la epidemia de 2009.

La Secretaría de Salud del DF reiteró que la situación en la ciudad no es grave, por lo que hasta ahora no se ha dado la instrucción de evitar las concentraciones de personas, como ocurrió hace cuatro años.

El secretario de Salud local, Armando Ahued, ha reiterado que la situación actual no se asemeja a la de 2009, pues hoy el virus ya se conoce y existe una vacuna que debe aplicarse a sectores vulnerables.

Práctica arraigada

Arturo García atiende un pequeño restaurante en el centro de Coyoacán y platica que el gel antibacterial se convirtió ya en un hábito entre él, su personal y los clientes.

“No tomamos medidas precisamente extremas, pero sí tenemos el gel desinfectante para las manos y, como siempre, se tiene mucho cuidado en la limpieza de todos los objetos que los comensales toman con las manos”, aseguró.

Recordó que en 2009 la epidemia de influenza les pegó “fuertísimo, tuvimos que cerrar el negocio, no tuvimos ingresos”.

En otro restaurante de Coyoacán, el gerente, Enrique Zamora, aseguró que “no nos ha llegado ninguna alerta, por lo tanto no hemos tomado ninguna medida. Hay gel desde hace cinco años, eso ya es un hábito, aunque no todos los clientes se lo ponen, hay otros que sí”.

José Antonio Cuéllar es cliente de ese restaurante y asegura que en los sitios que ha visitado en las últimas semanas no ha encontrado que haya medidas especiales para evitar el contagio de influenza, “sólo el bactericida en los negocios”.

El joven Luis Carlos Núñez, quien atiende una cafetería en la colonia Hipódromo, opinó que la epidemia de 2009 “fue algo muy mental, la gente se enfermó mucho del cerebro; personalmente pienso que fue eso, pero sí hay que tomar medidas como lavarse las manos”.

Enrique Correa, responsable de otra cafetería en la misma colonia, dijo que “lo único que he sabido, que he leído en las noticias, es que hay que ir a vacunar a niños y adultos mayores, pero nada más”.