El corazón que llegó a contrarreloj
Video. Para Miguel Ángel no había otra opción que un trasplante. Los médicos hallaron la solución a 3 mil kilómetros de distancia, en Tijuana. El protocolo se activó, sólo contaban con seis horas para el traslado y la operación. Todo fue un éxito

REENCUENTRO. Miguel Ángel Díaz Sánchez, de 58 años, posa con el equipo de médicos especialistas y enfermeras que lo intervinieron quirúrgicamente hace dos años y siete meses para trasplantarle un corazón. (Foto: FOTOS ARIEL OJEDA )
En México, 70% de las muertes cerebrales (ausencia de respuesta cerebral y pérdida absoluta de conciencia) ocurre como consecuencia de accidentes por choques en motocicletas. Tal fue el caso de un hombre que falleció en la ciudad Tijuana, Baja California, y cuya familia decidió donar su corazón.
A su vez, en el Distrito Federal, Miguel Ángel Díaz Sánchez, de 58 años, permanecía registrado como receptor de corazón en el programa de trasplante de órganos torácicos del Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza”, del Centro Médico Nacional “La Raza”, y en la base de datos del Registro Nacional de Trasplantes del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), de la Secretaría de Salud.
La información médica sobre el donante fallecido fue comparada con los candidatos a recibir trasplantes. En general, esta “inspección de compatibilidad” crea automáticamente una lista jerarquizada de candidatos aptos para cada órgano, de acuerdo con varios factores, que incluyen: grupo sanguíneo, grado de urgencia médica, entre otros factores.
“Estos datos se clasifican de acuerdo con una serie de pautas destinadas a garantizar que todas las personas que se encuentran en la lista de espera se juzguen con equidad en cuanto a la gravedad de su enfermedad y la urgencia para recibir un trasplante”, explica a EL UNIVERSAL el doctor Enrique Martínez Gutiérrez, director del Registro Nacional de Trasplantes.
Paciente del Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza”, que cuenta con un probado y exitoso programa de trasplantes, para Miguel Ángel Díaz Sánchez no había otra solución que no fuera un trasplante de corazón, pues se encontraba ya con insuficiencia cardiaca en etapa terminal.
El receptor fue aceptado en sesión del Subcomité de Trasplante de Corazón de ese hospital.
El desafío
Sin embargo, este equipo quirúrgico y de procuración cardiaca tenía un importante desafío a vencer: tres mil kilómetros de distancia separaban al donador del receptor, y los médicos de Tijuana y del Distrito Federal sólo contaban con seis horas para realizar todo el procedimiento. “Un corazón donado no debe permanecer fuera del cuerpo durante más de seis horas pues puede deteriorarse”, explica Luis Antonio Meixueiro Daza, médico adscrito a la Dirección del Registro Nacional de Trasplantes.
“Nunca antes se había realizado un trasplante ni en México ni en el mundo con esta distancia de por medio y con esta presión de tiempo... aquí no podía haber tiempos muertos, ni margen de error: contaban cada hora, cada minuto y segundo”, agrega César Villaseñor Colín, coordinador de Donación y Trasplantes del Hospital General del Centro Médico Nacional “La Raza” del IMSS, sujeto fundamental en el proceso.
Fue el doctor Guillermo Careaga Reyna, cirujano cardiólogo con especialidad en trasplante y director del Centro Médico Nacional “La Raza” del IMSS quien reunió al equipo de expertos de este nosocomio para que se llevara a cabo este trasplante que después se convertiría en la procuración de corazón más distante registrada en la República Mexicana y en el mundo. México busca establecer un récord Guinness al respecto.
Fue Rafael Urías Báez, cirujano cardiotorácico, adscrito al Programa de Trasplante Cardiaco de la Unidad Médica de Alta Especialidad del Hospital General del Centro Médico Nacional “La Raza”, quien viajó a Tijuana para revisar el estado y las condiciones del corazón del donante.
Mientras tanto, él mismo giraba instrucciones para que en México el paciente Miguel Ángel Díaz Sánchez pasara a la mesa de cirugía (preparación del receptor).
“En todo el proceso existe comunicación entre el equipo que obtiene el corazón y el que realizará el implante para sincronizar actividades y disminuir al máximo el tiempo de isquemia, definida como cualquier condición que impide que la sangre alcance los órganos y tejidos del cuerpo”, explica el cirujano Urías Báez.
“Se evaluó el tiempo de isquemia del corazón contabilizando en minutos desde el pinzamiento aórtico en el donador hasta la perfusión del corazón trasplantado en el receptor”, agrega.
En Tijuana el corazón del donante fue extraído en quirófano y se preservó mediante la combinación de paro electromecánico inducido por cardioplejia anterógrada fría cristaloide con solución de Bretschneider. Se alquiló un jet privado (ambulancia) con velocidad promedio de 805 a 885 km/h nivel de elevación equivalente a los jets comerciales y en el aeropuerto se dio prioridad a esta ambulancia, que llevaba bandera blanca.
El transporte del aeropuerto al hospital se hizo en helicóptero y el transporte terrestre en ambulancia.
La Secretaría de Seguridad Pública del Gobierno del DF coordinó lo necesario para brindar apoyo a la ambulancia que viajó del aeropuerto de la ciudad de México hacia el Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza”, del Centro Médico Nacional “La Raza”, envuelto en una malla (estoquinete), puesto en un contenedor de aluminio con tapa, inmerso en 1.5 litros de solución de Bretschneider a 4–6 °C.
Este contenedor se protegió con bolsas estériles y se colocó dentro de una hielera; el corazón fue cubierto con hielo. “Sellamos la hielera y se trasladó el corazón a la sala de operaciones donde ya se encontraba el receptor”, comenta el doctor Hugo Zetina Tun , encargado de la Clínica de Insuficiencia Cardiaca Terminal del Centro Medico “La Raza”. “Éste, y todo corazón para trasplante, no debe sufrir golpes y debe mantenerse frío”, agrega.
“El trasplante y procuración a distancia resultó un éxito, y los médicos de este equipo quirúrgico lo han documentado; éste y otros trasplantes logrados son el resultado de años de esfuerzo con lo que se ha logrado aumentar la sobrevida de todos los grupos de edad, desde 1988 año en que se realizó el primer trasplante de corazón con éxito.
“En particular en los dos últimos años, en nuestro hospital , los resultados han sido muy favorables, entre los factores involucrados de acuerdo con nuestra experiencias, están: mejores criterios de selección de candidatos a trasplante cardiaco, rigurosa valoración, recuperación hormonal del donador y preservación miocárdica”, dice el doctor Carlos Lezama-Urtecho, jefe de la División de Cirugía Cardiotorácica y Asistencia Circulatoria del Programa de Trasplante Cardiaco de la Unidad Médica de Alta Especialidad del Hospital General “Dr. Gaudencio González Garza”, del CMN “La Raza”.
EL UNIVERSAL presenció el encuentro entre el paciente receptor Miguel Ángel Díaz Sánchez y las ocho personas que hicieron parte de su cirugía de trasplante.
Se acercó y extendió su mano a las enfermeras quirúrgicas Pilar Villada y Guadalupe Sánchez Moreno, y a los doctores Guillermo Careaga, Hugo Zetina, Carlos Lezama, Virginia Anguiano, Leonardo Arellano y Rafael Urías Báez, mientras iba diciendo: “No tengo palabras para describir lo que siento. Desconocía los rostros de quienes me habían operado; ahora que los conozco me llena de satisfacción saber quién colaboró en mi cambio. Me volvieron a dar otra oportunidad de vida. No gasté un solo centavo para que esto fuera posible. No cualquiera recibe un corazón desde tan lejos; yo soy uno de los afortunados. Me integré a mi familia, uno se vuelve más humanitario”.
Miguel Ángel Díaz está cumpliendo dos años y siete meses con su nuevo corazón.





