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Perfil. El capo mesiánico que murió dos veces

Doris Gómora| El Universal
Lunes 10 de marzo de 2014

Video. Luego de que elementos del Ejército pidieran a Nazario Moreno que se entregara, el líder Templario respondió agrediéndolos, por lo que al repeler el ataque el delincuente fue abatido


doris.gomora@eluniversal.com.mx

En el lapso de tres años Nazario Moreno González, El Chayo fue abatido dos veces por fuerzas federales. En la primera ocasión no hubo cuerpo, ni evidencia alguna que indicara su deceso; la segunda vez las autoridades decidieron tomar tiempo para confirmar que, un día después de su cumpleaños, el fundador del cártel de Los Caballeros Templarios, ahora sí, está muerto.

Con 44 años, cumplidos el pasado sábado 8 de marzo, Nazario Moreno se movía libremente en Apatzingán, su lugar natal, donde desde 2010 la población difundía entre visitantes dos historias: que no había muerto, y por otra afirmaban que paseaban su cuerpo en una silla por las calles, según indica información de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).

Una recompensa de 30 millones ofrecida por el gobierno de México a través de la Procuraduría General de la República (PGR) no era suficientemente convincente para que alguien lo delatara, o a sus socios como Servando Gómez, La Tuta, un profesor normalista, y Jesús Mendéz, El Chango, con quienes creó en 2006 a Los Caballeros Templarios tras separarse de La Familia Michoacana.

Moreno, también conocido como El Macho Loco, El más Loco o El Doctor, logró adoctrinar a parte de la población de Apatzingán a través de un “evangelio” en el que se mezclaban aspectos fundamentalistas de las religiones cristiana, judía y musulmana.

“La gente de Apatzingán, pero especialmente los más jóvenes, están convencidos de que Moreno les prometió lo único para lo cual no necesitaba dinero para atraerlos: el paraíso; hizo que los templarios fueran diferentes al resto de las organizaciones criminales”, explica un agente antidrogas, quien pidió no ser identificado.

De joven, Nazario Moreno cruzó a Estados Unidos, donde permaneció poco más de 10 años hasta que en la década de los 90 regresó a México al ser buscado por narcotráfico.

A su regreso, se alió con el cártel de Los Zetas y por separado con el Cártel del Golfo; luego con La Familia Michoacana, donde surgió su imagen mesiánica y la doctrina que después lo llevó a fundar a Los Caballeros Templarios.

Era buscado en México por delitos contra la salud, delincuencia organizada, secuestro, extorsiones, homicidio calificado, robo calificado y los ataques en Morelia del 15 de septiembre de 2008; en Estados Unidos su nombre se incluyó en la lista de “narcotraficantes”, con lo cual sus propiedades y cuentas fueron congeladas y sus socios sujetos a sanciones.

El Código

En diciembre de 2010, después de una serie de operaciones de las fuerzas federales en la región de Tierra Caliente, especialmente en Apatzingán, el gobierno de Felipe Calderón declaró que Nazario Moreno había sido abatido tras asistir a una fiesta, sin mostrar evidencia alguna que confirmara la aseveración.

El hecho alimentó el mito de un hombre al que incluso se le erigió una imagen de yeso, como si fuera santo, pero con el rostro del capo, ataviado de templario, la misma que imprimió en los libros y panfletos que incluyen su ideario y la doctrina que difundió entre sus seguidores y cómplices.

El Código Nazario, el texto que escribió con los principios básicos de su organización impide, por ejemplo consumir drogas —excepto mariguana—; señala queromper el voto de silencio merece la muerte y hasta incluye la aceptación de sus integrantes de: “Si, por desgracia yo traicionara mi juramento, ruego ser ejecutado por el templo y por sus armas”.

Desde el último trimestre de 2013, información de Estados Unidos y de México establecía que Nazario Moreno no estaba muerto, y se movía en diversos puntos de Tierra Caliente.

A través de inteligencia fue ubicado y tras celebrar su cumpleaños número 44, finalmente cayó abatido durante un enfrentamiento con las fuerzas federales.

Esta vez el cadaver fue la prueba del deceso del líder de Los Caballeros Templarios.



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