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La espiral de violencia que se registra en el Estado de México, Morelos, Michoacán y Guerrero, uno de los corredores más disputados por los cárteles de la droga, tienen una explicación: la cercanía con el DF.

“La pelea no nada más es por el trasiego de droga, sino también es por los secuestros, extorsiones, derecho de piso, piratería y prostitución; el Distrito Federal es la perla de la corona para los cárteles”, asegura José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia Penal.

En entrevista para EL UNIVERSAL, el especialista en temas de seguridad menciona que en el Distrito Federal, aunque las autoridades capitalinas digan lo contrario, sí operan los cárteles de la droga y sus células, sin embargo, no se dispara la violencia relacionada con esas actividades porque hay acuerdos.

“La pelea en ese corredor es por la cercanía con el Distrito Federal. Aquí, en la ciudad de México, no hay disputas porque operan de manera controlada, hay reglas y no hay peleas. Cada quien tiene su zona, es decir, tienen sus límites”, advierte.

Guerrero y Michoacán —continúa Ortega Sánchez— son muy importantes para la siembra y necesariamente deben pasar por Morelos y Estado de México, ahí el problema de la violencia en esa zona.

Durante la charla, señala que el aumento de la violencia en el corredor antes mencionado es por las subdivisiones en las grandes estructuras. “Estas pequeñas células se dan con todo por las plazas para controlarlas… la violencia no ha bajado”, dijo.

Comenta que lo que sucede en Guerrero es más grave de lo que parece, pues las organizaciones criminales han cooptado a las policías municipales y así como sucede en dicha entidad, también se encuentra los municipios del Estado de México, Morelos y Michoacán.

“Ya sea que, con dinero o con miedo, los cárteles cooptan a las autoridades y hacen que estén a su servicio y con ello realizan sus actividades que incluso, han incursionado en el robo y venta de gasolina, que les deja mucho dinero”, explica.

Así —reitera— también operan en las otras entidades. Están cooptadas las autoridades, quien manda son los jefes del crimen organizado y quienes deciden sobre la vida y el patrimonio de las personas son ellos.

Ortega recuerda que desde diciembre de 2013, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) adelantó lo que sucedía en Guerrero y emitió una recomendación al gobernador de esa entidad.

“En su informe advirtió de los grupos de autodefensa y de la seguridad pública en Guerrero. Ahí, le pidió al gobernador que pusiera atención sobre las autoridades municipales, especialmente, por su colusión en el crimen organizado”, indica.

En ese sentido, comenta que no solo el ahora ex munícipe de Iguala, José Luis Abarca, está involucrado con organizaciones criminales, sino que “varios alcaldes están sometidos al crimen y operan con ellos”.

LAS PLAZAS. Organizaciones como Los Zetas, Los Caballeros Templarios, Los Beltrán Leyva, El Cártel Jalisco Nueva Generación, Guerreros Unidos y Los Rojos, por mencionar las más relevantes, son las que disputan espacios en los estados mencionados.

Algunas son organizaciones pequeñas, pero no por eso dejan de ser violentas, tal es el caso de Guerreros Unidos, a la que se le responsabiliza de la desaparición y ejecución de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Todas buscan las plazas estratégicas para la producción, venta al menudeo y trasiego de cargamentos de grandes cantidades de droga.

Los Zetas es la organización con mayor extensión en el territorio nacional. Sus sicarios se caracterizan por ser los más violentos. De acuerdo con los reportes oficiales, el que fuera el brazo armado del cártel del Golfo tiene presencia en 20 entidades, como el Estado de México y Guerrero.

Otra con mayor presencia en el país es la que dirige Servando Gómez La Tuta, denominada Los Caballeros Templarios. Aunque el lugar donde surgieron es Michoacán, ya han alcanzado otras entidades, entre ellas, el Estado de México.

Pese a que sus líderes han muerto en enfrentamientos con las Fuerzas Armadas y otros se encuentran en prisión, Los Beltrán Leyva siguen vigentes en entidades como Guerrero, Morelos y Estado de México.

De los Beltrán Leyva surgieron pequeñas células (no por eso menos violentas) como La Mano Con Ojos que tiene mayor presencia en el Estado de México; Guerreros Unidos que se caracteriza por ser muy violenta, pues se formó con los sicarios de Los Beltrán Leyva y se disputa Guerrero con Los Rojos, remanente del cártel.

Asimismo, Guerreros Unidos mantiene una disputa con Los Caballeros Templarios por el control de algunos municipios del Estado de México. Mientras que el Cártel Jalisco Nueva Generación lucha por extenderse, además en Michoacán, Guerrero y Morelos. Agencias