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AGUILILLA, Mich.— Lo que hasta hace algunos meses era considerado territorio templario, poco a poco ha sido recuperado por fuerzas federales, que se encuentran desplegadas en el estado de Michoacán.

La zona de Tierra Caliente, integrada por 27 municipios, ha comenzado a ser descifrada por elementos de la Policía Federal, quienes se han adentrado en zonas donde solamente el crimen organizado tenía acceso.

A semejanza de un conflicto bélico, mapas y documentos son usados por mandos de la corporación para diseñar cada estrategia y marcar el terreno que se ha ido quitando a Los Caballeros Templarios en cada comunidad.

Brechas, ríos, cerros, montañas, poblados, rancherías o sembradíos, son parte del mapeo que los mandos federales van registrando.

El avance no ha sido fácil, sin embargo, para el personal que está cargo del operativo, la estrategia que se instrumentó desde el año pasado ha comenzado a tener resultados.

Aguililla, enclavado en el corazón de la Sierra Madre Occidental marcó el inició del despliegue —julio 2013— para recuperar Michoacán.

Este municipio de difícil acceso era utilizado por Los Templarios como refugio y centro financiero que comprendía sembradíos de mariguana, amapola, laboratorios para la fabricación de drogas sintéticas, así como la explotación de metales en minas de la zona.

Al recuperar estos dos lugares (Aguililla y Lázaro Cárdenas) la estrategia tomó un nuevo giro con la reciente incursión de más de 5 mil policías federales en los 27 municipios de Tierra Caliente.

El despliegue por tierra y aire fue diseñado para debilitar al grupo criminal en sus actividades financieras e identificar sus lugares de residencia.

Al asumir la seguridad de los municipios, la Policía Federal poco a poco ha logrado identificar las operaciones ilícitas, los vínculos con funcionarios municipales y estatales, así como la estructura de la organización en cada municipio.

En algunos municipios su incursión fue fácil, gracias al apoyo de las autodefensas, sin embargo, en algunos otros, la situación es difícil, ya que las fuentes consultadas aseguran que “en cualquier momento puede pasar algo”.

Tal es el caso de los poblados de Holanda, El Alcalde y Guanajuatillo, en el municipio de Apatzingán, donde se espera una respuesta del crimen organizado. Otras de las zonas de conflicto son algunas comunidades enclavadas en la Sierra Madre Occidental, en Tumbiscatío, y en los municipios de Arteaga y Uruapan, este último, municipio considerado por el gobierno federal como una plaza para el lavado de dinero.

A casi un mes de que asumiera la seguridad la Policía Federal, se han capturado 305 personas relacionadas con el crimen. Entre los detenidos se encuentran jefes de plaza, contadores, homicidas y extorsionadores de los productores de limón y aguacate. Además, han liberado a nueve personas secuestradas, y asegurado armas y droga.