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SAN JOSÉ.— Tras calificar de “inaceptable” el masivo flujo migratorio de centroamericanos menores de edad que viajan sin compañía a Estados Unidos y sufren vejámenes sexuales y otros abusos, el vicepresidente estadounidense Joseph Biden cerró ayer en Guatemala cualquier opción de favorecerlos con beneficios migratorios unilaterales de Washington y alertó que la crisis proseguirá mientras persistan las condiciones sociales de “pobreza, inseguridad y ausencia de un Estado de Derecho”.

Durante una visita a la capital guatemalteca en el cierre de una gira por Brasil, Colombia y República Dominicana que inició a principios de esta semana, Biden recalcó que “Estados Unidos reconoce que parte importante de la solución del problema es identificar las causas principales como la pobreza, la inseguridad y la ausencia de un Estado de derecho para que la gente pueda permanecer y vivir en sus comunidades y para que el padre o la madre no pongan en manos de una red criminal a sus hijos”.

Biden llegó a las 09:45, hora local, a la capital guatemalteca y se reunió, por separado, con el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina.

En una cita multilateral inmediata, Biden y Pérez se reunieron con el secretario de Gobernación de México, Miguel Ángel Osorio Chong; el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez, y el coordinador general del gobierno de Honduras, Jorge Hernández.

El tema central de la cita fue evaluar la crisis que estalló hace varias semanas en la frontera mexicano-estadounidense por la masiva migración principalmente de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños menores de edad no acompañados.

Osorio Chong propuso a nombre de México que Estados Unidos realice una campaña para disuadir la migración de ciudadanos centroamericanos, dado que no existe la posibilidad de que se beneficien de algún tipo de regularización o reforma migratoria.

Además, dijo que el problema de los niños y adolescentes solos debe verse desde una perspectiva regional que involucre políticas públicas de todos los gobiernos.

Plantean trato preferencial

Por su parte, Pérez pidió a Biden evaluar la posibilidad de que, mientras se debate la reforma migratoria, Washington conceda algún estatuto de protección temporal. Honduras solicitó un trato preferencial basado en los derechos de la niñez reconocidos por tratados internacionales.

Biden también anunció que su país destinará 40 millones de dólares a Guatemala para lanzar un nuevo programa de apoyo durante los próximos cinco años, a través de la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (Usaid) .

Además implementará un nuevo programa social en El Salvador, por 25 millones de dólares en los próximos cinco años, para establecer 77 centros de apoyo juvenil que se sumarán a los 30 ya existentes.

Honduras recibirá 18.5 millones de dólares, manejados a través de la Iniciativa Regional de Seguridad para América Central (Carsi), para apoyar en la lucha contra las pandillas y el crimen.

El gobierno de EU planea auxiliar a los países centroamericanos con otros 161.5 millones de dólares para programas de Carsi que le permitan a la región responder a las exigencias actuales en temas de seguridad y gobernabilidad, que a su vez detengan el flujo de migración ilegal.

En tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió a Estados Unidos garantizar el acceso a peticiones de asilo a los menores indocumentados que viajan solos, al externar su preocupación por dicha crisis.

El comisionado relator sobre los Derechos de los Migrantes, Felipe González, dijo que la situación es un elemento adicional que agrava los problemas que menores enfrentan ya en sus países de origen.

“Esta situación es una bomba de tiempo y requiere que los Estados garanticen el derecho a migrar, el derecho a buscar y recibir asilo, el principio y el derecho de no devolución y el derecho a no ser forzado a migrar”, indicó.