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SAN JOSÉ.— Una red dirigida por tres mexicanos —ahora en fuga— que movilizó más de una tonelada de cocaína por tierra de Panamá y Costa Rica hacia Belice para introducirla a México, y que escondió la droga en baldes de plástico con exportaciones de pulpa y jugo de piña, fue desbaratada ayer en la madrugada por autoridades policiales y judiciales costarricenses, con 10 detenidos tras 13 allanamientos y la desarticulación de un engranaje de compañías privadas regionales.

Los tres mexicanos —presuntamente ligados al cártel de Sinaloa y de apellidos Tinajero Abitia, alias Toto; Montoya Oliva, alias Don Carlos, y Pacheco Camacho, alias Checo —huyeron de suelo costarricense luego de que un cargamento de 468 kilogramos de cocaína fuera decomisado en El Salvador en julio de 2013 en un furgón al servicio de la organización y como parte de las investigaciones iniciales, informó el Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica.

Asociados a costarricenses, uno residente en México, los mexicanos “fueron traídos para que inyectaran capital” a Teja Transportes Internacionales de Costa Rica, que exportaba pulpa y jugo de piña a Centroamérica, Panamá y México, y comprometerla en el narcotráfico, dijo.

El producto comercializado era transportado a una empresa instalada en la zona libre de Corozal, Belice, fronteriza con México, y reenviado a Cancún, Quintana Roo, en unidades refrigeradas suministradas por Teja, detalló.

Para encubrir su participación directa en esa firma, los tres crearon la compañía UBIK-T “dedicada al monitoreo de transportes de carga hacia el exterior”.

En allanamientos ejecutados ayer en distintos sitios de este país, la Policía de Control de Drogas de Seguridad Pública y oficiales de la Fiscalía desarticularon la “estructura” de traslado de droga a México”.