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WASHINGTON.— El presidente del Departamento de Seguridad Interna (DHS) de la Cámara de Representantes, Michael McCaul, pidió ayer al gobierno de Barack Obama que insista ante el gobierno de México para que éste “intensifique sus esfuerzos para asegurar su frontera sur”.

“El problema comienza con los funcionarios mexicanos que se hacen de la vista gorda con los centroamericanos que cruzan su frontera [con Guatemala]. Por eso, hago un llamado urgente al Presidente de México y a su secretario de Gobernación a tomar en serio la seguridad de sus fronteras”, enfatizó McCaul en uno de los más firmes pronunciamientos formulados hasta ahora por este congresista por Texas.

En un intento por hacer de la crisis humanitaria de los niños indocumentados su principal trinchera contra el gobierno de Barack Obama, tanto el liderazgo del Partido Republicano como el gobernador de Texas, Rick Perry, demandaron ayer de nueva cuenta el envío de un contingente de al menos mil efectivos de la Guardia Nacional para asegurar la frontera de una vez por todas.

En una audiencia organizada por el DHS de la Cámara de Representantes en McAllen, Texas, el gobernador de ese estado le reiteró a Obama una invitación para que se reúna con la gente que tiene muy claras ideas sobre cómo arreglar el problema.

“Sabemos cómo resolver esta crisis. Y nos gustaría que el presidente Obama viniera y se sentara con la gente que ha estado lidiando con esta crisis para adoptar medidas que solucionen esta situación”, aseguró Perry, quien se ha sumado a un grupo de congresistas republicanos para pedir el boicot de la ayuda que se proporciona a México y otros países de Centroamérica para que cumplan con su obligación y contengan la hemorragia de inmigrantes que llegan a la frontera de Estados Unidos.

“Mi mensaje al presidente es muy simple. Asegure la frontera de una vez por todas”, insistió Kerry al asegurar que su estado ha gastado más de 500 millones de dólares tratando de resolver un problema que le corresponde al gobierno federal.

Además, el gobernador de Texas se pronunció por ignorar la ley que protege a menores de edad víctimas del tráfico de personas y proceder, de forma expedita, a la deportación de los que llegan a través de este tipo de redes. “Algunos pueden pensar que permitir que estos niños se queden aquí es una opción más humana. Yo les aseguro que no lo es”, dijo Perry ante el comité.

El llamado de Kerry para el despliegue de la Guardia Nacional y la exigencia para la expulsión de los más de 50 mil niños que han cruzado la frontera desde octubre, ha atizado el enojo de las bases extremistas y nativistas que se han organizado para bloquear las vías de acceso que trasladan a los menores a bordo de autobuses desde Texas hasta California.