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Perfil. De ranchero a "caballero templario"

Silvia Otero| El Universal
Martes 01 de abril de 2014

silvia.otero@eluniversal.com.mx  

Reportes de inteligencia indican que Enrique Kike Plancarte Solís se impuso el autoexilio desde enero pasado y salió huyendo de Michoacán, su bastión de poder, ante el embate de las fuerzas federales. Buscó refugiarse en otros estados, ya sin el halo de protección con el que éste líder del cártel de Los Caballeros Templarios logró imponer una huella de violencia en la entidad.

Lejos de su territorio fue ubicado y abatido en Querétaro. Uno de sus corridos asegura que “era un señor que carga su arma fajada por si se da la situación o algo no sale bien”, al parecer, ayer la desenfundó para evitar ser capturado.

El hombre de 43 años (14 de septiembre de 1970), que de ranchero se convirtió en empresario, dueño de una compañía de venta de materiales de construcción, al final cambió su actividad para dedicarse al narcotráfico, escaló rápido la estructura criminal, hasta convertirse en cabecilla templario.

Fue uno de los empresarios que se sumó a las huestes del cártel de La Familia Michoacana, que surgió en 2006 bajo la supuesta bandera de que harían frente a cárteles como Los Zetas, que mantenían el control de la entidad, pero pese a la “fachada” religiosa-social con la que la revistió su ideólogo y fundador Nazario Moreno González El Chayo, al final la organización no ocultó su principal objetivo: imponerse en las actividades de narcotráfico y delitos como el secuestro y la extorsión.

En febrero de 2010, Kike Plancarte fue identificado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos como uno de los cinco lugartenientes de La Familia, al servicio de los entonces líderes José de Jesús Méndez Vargas El Chango y El Chayo, también abatido.

En agosto de 2010, el gobierno fijó una recompensa de 10 millones de pesos por quien ofreciera información para su captura.

Al igual que sus socios intentó mitificarse y sus corridos hablan de un “ranchero de mucho valor, ángel o demonio”, bien vestido, con tejana, que trataba bien a las damas, que le gustaba el corrido de Juan Colorado y que prefería portar una ametralladora Barrett.

Siguió a sus jefes en la creación de Los Caballeros Templarios en 2011 y fue un aliado clave en la disputa por el poder y control del territorio en contra de sus ex compañeros de La Familia y de otros grupos criminales. Comenzó así una etapa de mayor violencia en la que se le atribuye a Kike Plancarte el comandar a los sicarios que en los dos últimos años se enfrentaron con fuerzas federales y autodefensas en la Tierra de Caliente.

Plancarte Solís, a quien también se le conocía como La Chiva, pasó de ser un jefe de plaza en Múgica y Nueva Italia, Michoacán, a uno de los líderes que ayudó a consolidar el poderío de sus socios “El Chayo” y Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, que incluso expandieron su influencia en Estados Unidos.



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