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El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, denunció que las fronteras no se abren para los migrantes como sí ocurre, cada vez más, para el comercio, el dinero y la tecnología.

Al concelebrar una ceremonia eucarística con obispos de México en la Basílica de Guadalupe, aseguró que los migrantes son víctimas del modelo económico excluyente, padecen múltiples restricciones, atropellos y abusos, quedando en situaciones de vulnerabilidad.

Durante la homilía, al pedir una intención particular de oración para los migrantes, aseguró que a menudo “ellos son los rostros sufrientes de Cristo en nuestros días, que conmueven el corazón de su Madre.

“En su búsqueda de trabajo y de mejores condiciones de vida se ven forzados a abandonar sus hogares y no pocas veces son víctimas de un modelo económico excluyente, que no pone al centro a la persona humana”, dijo el prelado.

“Mientras por un lado se abren cada vez más las fronteras para el comercio, para el dinero, para las nuevas tecnologías, por otro lado las personas sufren múltiples restricciones, atropellos y abusos quedando en situaciones de vulnerabilidad”, agregó.

En la misa, donde dijo que su presencia en el país tenía también el objetivo de revitalizar los vínculos de unión de México con la Santa Sede, lo acompañaron 49 obispos integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Parolin visitó el país para participar en el coloquio México-Santa Sede Migración Internacional y Desarrollo, llevado a cabo en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Al inicio de la celebración el cardenal Norberto Rivera aseguró que la Iglesia católica en México acompaña con oración el pontificado del Papa Francisco.

“Sea bienvenido a esta Basílica, sepa que aquí siempre y en todo México oramos por nuestro Papa Francisco a quien amamos, en quien sentimos está la fortaleza de nuestra fe y es el vínculo de caridad, tenga la seguridad que su pontificado siempre es acompañado por nuestras oraciones”, dijo Rivera Carrera.

Campaña promigrantes

La CEM instruyó a sus diócesis y arquidiócesis para que a través de sus parroquias en todo el país, la Iglesia católica promueva la defensa de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes no acompañados que dejan sus lugares de origen, así como hacer frente a situaciones de crisis migratorias como la que se vive actualmente.

Como seguimiento a las conclusiones del “Coloquio México-Santa Sede sobre Migración Internacional y Desarrollo” realizado el lunes pasado, la CEM destacó que todos los ministros religiosos deben concientizar con sus feligreses sobre el fenómeno referido, en lo cual debe hacerse énfasis respecto a que la dignidad de las personas no procede de su situación económica, su filiación política, su nivel educativo, su pertenencia étnica, su convicción religiosa o su estatus migratorio.

“Todo ser humano por el hecho de ser persona posee la misma dignidad y merece el mismo respeto. Por tanto, debemos lograr el reconocimiento universal de la importante función que desempeñan los migrantes como asociados en el desarrollo de los países de origen, tránsito y destino”, sostiene el Episcopado.

Destacó que se debe hacer efectivo lo dicho por Marcelo Sánchez, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales y de otros especialistas en el tema, en el sentido de atender al drama de los niños migrantes, no levantando muros sino construyendo puentes.

La CEM llamó a los ministros religiosos y a los católicos en general a contribuir para erradicar la trata de personas, preocupados por los retos que enfrentan las personas migrantes que viajan a otros países buscando mejores oportunidades para su desarrollo.

La Conferencia del Episcopado Mexicano señaló la importancia de reconocer que la movilidad es una dimensión constitutiva del mundo global que exige un enfoque de corresponsabilidad, en especial regional.