Celebran en reclusorio a Elba por sus 69 años
nurit.martinez@eluniversal.com.mx
Hace un año, en el auditorio sindical naranja de la colonia Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, donde se encontraban miles de integrantes de la Sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), retumbaba el grito de ¡Elba! ¡Elba! ¡Elba!, en honor a su dirigente, pero ayer nadie clamó su nombre, o la recordó siquiera en el día de su cumpleaños número 69.
En aquella ocasión, la lideresa pronunció su último discurso público en el que aseguró: “Si Elba se va hay otros que puedan dar la pelea”.
Y advirtió: “Me voy cuando los maestros lo pidan, las amenazas no me quitan”. Dos semanas después, fue detenida por autoridades federales en el aeropuerto de Toluca, Estado de México, acusada de uso indebido de mil 200 millones de pesos de las cuotas sindicales y más tarde se establecieron vínculos con lavado de dinero y defraudación fiscal.
La maestra tuvo ayer un cumpleaños muy diferente. En el horario de visita, en una de las áreas aisladas en la Torre Médica del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, la interna recibió por la mañana la visita de un primer grupo encabezado por su hermana, la también profesora Martha Gordillo Morales.
Actualmente Gordillo Morales es reportada con una salud estable, luego de que hace cuatro meses debió ser trasladada a un hospital privado para que le realizaran una intervención dental.
Las autoridades capitalinas informaron en aquel momento que la ausencia de bótox, que regularmente recibía en el rostro, provocó modificaciones en la mandíbula.
Antes, en el mes de abril, la ex lideresa también fue trasladada a un médico particular para que le realizaran estudios del corazón.
Pero ayer la profesora gozaba de una salud estable al momento en el que, junto a su hermana, ingresaron a visitarla Ismael Gordillo y Othón de León Arreola, este último hijo de la senadora Mónica Arriola Gordillo y nieto de la profesora.
Más tarde y de forma individual acudieron hasta el reclusorio su hija Mónica Arriola y su sobrina Érika.
Todos ellos llevaron consigo ramos de flores para la ex dirigente del magisterio, quien en las últimas décadas convocó a la clase política a festejar su cumpleaños en diferentes escenarios, unas veces lo hizo en su casa ubicada en la zona exclusiva de las Lomas de Chapultepec o en la ciudad de Cuernavaca, en la casa de su mamá, Estela Morales.
Hace un año, en medio de la confrontación por las reformas educativa y laboral, la dirigente concentró a cerca de 500 personas en la sede del sindicato, ubicada en la Puerta del Sol en Santa Fe, en el Distrito Federal. A la cena llegaron algunos de los cercanos a la dirigente, entre ellos el ex secretario de Educación Pública, Reyes Tamez Guerra.