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Ante la presunta tortura física y psicológica de la que fueron objeto los 11 detenidos tras los hechos violentos del 20 de noviembre, analizan junto con sus abogados la posibilidad de presentar una denuncia penal contra policías capitalinos y federales, además de funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR).

Así lo indicaron en conferencia, luego de que obtuvieron su libertad, ya que un juez federal concluyó la inexistencia de evidencias en los delitos que les imputaron de tentativa de homicidio, motín y asociación delictuosa.

Los jóvenes, asistidos por los abogados del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, así como de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia (ODDI) reiteraron que fueron víctimas de abusos por las diversas autoridades bajo las que estuvieron a disposición desde su arresto en el Zócalo capitalino.

Luis Alberto Muñoz, uno de los abogados, comentó que aún no se ha establecido qué proceso se seguirá ya que los jóvenes son quienes deben determinarlo. “Nosotros tratamos que las víctimas de violaciones a los derechos humanos sean los que en un principio determinen si quieren seguir o no” una posible demanda legal.

Explicó que se solicitó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) la aplicación del Protocolo de Estambul para determinar si los detenidos fueron sometidos a tortura.

“Esa será una de las primeras acciones que tendremos que platicar”, en el caso de que decidan presentar una denuncia, comentó.

El maltrato. A la conferencia asistieron seis de los once detenidos en el Zócalo, el 20 de noviembre, quienes acusaron intimidación, tortura física y psicológica desde el momento en que fueron aprehendidos, durante su estancia en la Subprocuraduría Especializada en Investigación a la Delincuencia Organizada (SEIDO), y durante el traslado a los penales de Veracruz y Nayarit.

En su testimonio, Atzín Andrade, estudiante de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, relató que al momento de su detención fue golpeado por elementos de la policía en las espinillas, en la cabeza y fue arrastrado hacia el Palacio Nacional donde lo reunieron con los otros detenidos. “Teníamos miedo, pensamos que nos iban a desaparecer”, expresó el estudiante.

Por su parte, Liliana Garduño relató que asistió a la movilización para tomar fotografías y dijo que su captura fue arbitraria.

“Jamás me dijeron las razones por las que estaba detenida, ni a dónde nos llevarían”, declaró.

En tanto que Hilary Anali González recordó “el miedo constante de no saber a dónde íbamos a ser trasladados y qué iba a pasar con mi vida”.

Tania Damián Rojas, estudiante de Sociología y una de las detenidas, hizo un llamado a las autoridades para que se “asegure la integridad física y psicológica de cada uno de los detenidos del pasado 20 de noviembre, así como de nuestros familiares y allegados. Y que no se nos siga hostigando”.