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Tras hacer un recorrido por el sur y el sureste de México, el procurador de los Derechos Humanos (PDH) de Guatemala, Jorge de León Duque, reveló ayer que existe una componenda entre transportistas y policías mexicanos y guatemaltecos para despojar de dinero a los migrantes centroamericanos que viajan ilegalmente hacia Estados Unidos.

Al rendir un informe sobre el panorama, De León aseguró que en un albergue de migrantes en el poblado mexicano de Tenosique, Tabasco, en el que conversó con 100 hondureños, 98 le denunciaron que fueron víctimas de asaltos de policías federales de México y de policías de Guatemala. “Por donde pasa el migrante es motivo de explotación, secuestros y violación. Es un infierno el que sufren”, acusó.

“Parece que existe una confabulación bien organizada entre las autoridades y el crimen organizado” contra los inmigrantes, describió, al subrayar que su recuento surge a partir de testimonios que obtuvo de centroamericanos.

“La peor pesadilla” de los indocumentados, recalcó, ocurre en México con La Bestia, el tren en el que sobre su lomo se trasladan los viajeros ilegales del sur al norte de suelo mexicano en su lucha por llegar a territorio estadounidense. El tren hace “paradas sorpresivas” en sectores montañosos para que integrantes de las redes del crimen organizado, como el poderoso cártel mexicano de Los Zetas, suban a exigir dinero a los centroamericanos, aseveró.

Al definir al tren como una “mina de oro”, contó que quien lo aborda debe pagar 100 dólares. “El que no paga es lanzado o tirado del tren por los garroteros y por eso es que se dan los accidentes, muertos y amputados. No es que se caigan”, detalló.

El jerarca de la PDH, institución estatal guatemalteca, reveló que visitó los poblados mexicanos de Palenque, en Chiapas, y Saltillo, en Coahuila de Zaragoza, además de Tenosique, para dialogar con autoridades municipales, encargados de albergues migratorios y, “especialmente”, con guatemaltecos y centroamericanos que viajan a Estados Unidos.

El recorrido, que se realizó en las últimas dos semanas y comenzó en El Ceibo, en el norteño departamento guatemalteco de El Petén, fronterizo con México, fue motivado por la crisis que se desató, desde mayo anterior, en la frontera suroeste de Estados Unidos por la masiva migración de centroamericanos menores de edad “no acompañados”.

La PDH recibió más de 180 denuncias sobre abusos de policías guatemaltecos contra migrantes, dijo. La principal queja en El Ceibo fue sobre los frecuentes asaltos, extorsiones y violaciones que sufren los migrantes en la peligrosa travesía a Estados Unidos.

El viaje permitió constatar que las redes de trata de personas para la explotación sexual están ligadas a las mafias del tráfico de seres humanos y que retienen a sus víctimas en “casas cerradas” en México, insistió.

Un elemento positivo son los albergues que “están por todo el territorio mexicano y se han convertido en un oasis y paradas obligadas para los inmigrantes”, narró De León Duque.