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"The Economist": hay dudas generalizadas

J. Jaime Hernández / Corresponsal| El Universal
Sábado 29 de noviembre de 2014
El semanario inglés hizo un análisis del decálogo presentado el jueves por el Ejecutivo

politica@eluniversal.com.mx  

Washington.— Tras la presentación del decálogo para fortalecer el Estado de derecho, del presidente de México, Enrique Peña Nieto, la revista The Economist señaló que el mandatario puede haber perdido la oportunidad de cambiar la marea en contra de la opinión pública al rehuir de la autocrítica y de toda responsabilidad en la crisis desatada por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Además, por no atreverse a poner en tela de juicio a la totalidad de un sistema político que requiere de una limpia: “El 27 de noviembre el presidente de México, Enrique Peña Nieto, hizo lo que debería haber hecho desde hace mucho tiempo: anunció una serie de medidas destinadas a convertir el Estado de derecho en una prioridad de su administración. Lo hizo en respuesta a una oleada de protestas contra su gobierno provocada por la desaparición de 43 estudiantes en el estado sureño de Guerrero hace dos meses.

“Pero, al no reconocer ninguna responsabilidad por la crisis, y al no cuestionar a la totalidad del sistema político para limpiarlo, el Presidente puede haber perdido la oportunidad de cambiar la marea [en contra] de la opinión pública”, consideró la revista para reflejar así que las propuestas anunciadas por el presidente se han quedado lejos de las expectativas.

La crítica de la revista se ha hecho eco de las opiniones que se escucharon ayer mismo desde México.

Las medidas anunciadas, en opinión de la revista, se concentran en los municipios, pero no apuntan hacia los estratos más altos del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial: “Se hizo a un lado la responsabilidad del gobierno federal para permitir que las bandas de narcotraficantes sigan actuando rampantes en el interior del país, a pesar de que este tipo de delitos son de carácter federal, no local”.

Además, “no hubo cambios en el gabinete para reconocer en los hechos que el gobierno estaba reconociendo el costo político de sus fracasos”, consideró la publicación que, en anteriores ocasiones, había sugerido incluso un recambio de funcionarios en la Secretaría de Gobernación con personajes como Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la bancada priísta en San Lázaro.

La revista considera que, aunque “el Presidente anunció varias iniciativas para combatir la corrupción y mejorar la transparencia”, el problema es que sigue habiendo “dudas generalizadas” sobre la eficacia de las mismas.

“El primer problema es que van a tener que pasar por un Congreso plagado de conflictos de interés, entre otras cosas porque los políticos tienen que recabar montones de dinero para ser elegidos y por ello mismo los legisladores tienden a diluir cualquier propuesta que amenace sus fuentes de ingreso”.

Además, prosigue la revista, está el problema del comportamiento ético del propio Presidente tras el escándalo provocado por la residencia adquirida por su esposa, Angélica Rivera, bajo circunstancias no del todo aclaradas en lo que toca al conflicto de interés: “El segundo problema es que la propia ética política del señor Peña ha estado en duda por una casa que su esposa tenía la intención de comprar a un contratista que ha obtenido numerosos contratos públicos”, anotó el semanario británico.



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