Testimonio. "Tengo derechos, pero no me los dicen"
RECORRIDO. La senadora Ana Gabriela Guevara mostró la atención que se brinda a los menores en la estación migratoria de Hermosillo, Sonora. (Foto: LUIS CORTÉS EL UNIVERSAL )
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HERMOSILLO, Son.— María Esther Ceto ha vivido un encierro de dos semanas en la estación migratoria de esta ciudad en la que, asegura, nadie le ha informado sobre sus derechos.
Salió de Nentón, Guatemala, para tratar de llegar a Estados Unidos con la misma idea que muchos migrantes: trabajar, ganar dinero y ayudar a su familia.
Cruzó la frontera de Guatemala con México sin problema. Ella misma cuenta que tan sólo pagó para pasar en balsa.
En Chiapas, acompañada de tres mujeres más, decidieron cruzar México en autobús.
“En tren no, porque nos dijeron que es más peligroso y más fácil que lo detengan a uno”, dijo.
Los boletos de autobús los compró una de las mujeres de compañía, aunque María Esther se niega a identificarla. Pasaron retenes en Tabasco y Veracruz. Llegaron a la ciudad de México sin problema y abordó otro autobús foráneo para enfilarse al norte del país. En todo ello gastó más de tres mil pesos
En un retén en Hermosillo, Sonora, a María Esther la detuvo personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y fue trasladada a la estación migratoria de la capital sonorense.
Junto con otras 59 personas, la guatemalteca permanece en la estación migratoria de Hermosillo, Sonora, desde donde espera a ser deportada.
A pesar de llevar 15 días en el mismo lugar, María Esther se quejó de que nadie le ha comentado los derechos a los que tiene acceso, sólo sabe que la regresarán a su país.
—¿Saben que tienen derechos que los protegen?, le preguntó la diputada Amalia García.
—Pues sí, pero eso no nos lo han dicho aquí, respondió la menuda mujer centroamericana.
María Esther Ceto se desahogó con Jean Paul Briere, diputado de Guatemala. Le expuso que ella tiene una carrera de enfermería, pero en Guatemala lo que no hay es empleo y no queda más que buscar fuera del país.
La estación migratoria de Hermosillo fue abierta en febrero pasado. Hay 60 migrantes de El Salvador, Honduras y Guatemala.
Edwin To, de 15 años de edad, y que viajó sólo desde Guatemala, ayer comió pastel de chocolate y hasta botana por el simple hecho de la visita de los legisladores mexicanos y de Centroamérica a la estación migratoria de Hermosillo, Sonora. Ese menú no es de todos los días.