"Seguiré con mis ideales, por un cambio en el país"
Video. Adán Cortés recibió muestras de apoyo a su arribo a la Ciudad de México después de ser deportado por las autoridades noruegas al manifestarse por la desaparición de los estudiantes normalistas durante la entrega del Premio Nobel
Adán Cortés, a su arribo al AICM, tras ser recibido por sus familiares, abraza a su madre. (Foto: yadin xolalpa. EL UNIVERSAL )
Lo recibieron aproximadamente 150 personas entre curiosos y familiares. Adán Cortés Salas, de 21 años de edad, llegó a México desde Franckfurt, Alemania, donde su vuelo hizo escala, tras ser deportado ayer por el gobierno de Noruega.
Dejó de ser anónimo. Su imagen dio la vuelta al mundo cuando alzó una bandera de México ante Malala Yousafzai, al irrumpir el 10 de diciembre en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz 2014, en Oslo. Era un acto de protesta por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero.
De acuerdo con su padre, Adán Cortés, la protesta no asustó a Malala, quien ya había hablado con Adán un día antes, cuando se conocieron en el lobby del Parlamento Noruego, que el mexicano fue a conocer previo a la ceremonia.
El papá indicó a EL UNIVERSAL que Adán le relató que “ya se había acercado a Malala Yousafzai para hablarle de la situación de México, en un encuentro previo a la ceremonia”, por ello la joven paquistaní no se asustó al ver a Adán en el estrado, al acercarse a ella. “Ya habían cruzado algunas palabras previas a la ceremonia”.
Bienvenida. Sus padres, Adán y Mónica, ambos comerciantes, lo esperaban con una bandera del país que desplegaban y ondeaban en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Entre la multitud se observó también a su hermano gemelo, Austin Cortés, acompañado por su novia Karla Navarro. También destacaba la organización civil “Ya me cansé, todos somos Ayotzinapa”, sus miembros portaban una gran manta en la que se leía: “El peor crimen, es el silencio. No seas cómplice”.
Entre gritos de “¡no estas solo!” y el goya de la Uniuversidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su padre declaró: “fue una situación muy complicada, pero mi hijo la enfrentó muy bien y dió la cara, sacó la casta por mucha gente, por lo que estoy muy orgulloso de él”.
Mónica, su madre, también se unió a las voces que reconocieron lo que el joven hizo como acto de protesta: “no era necesario que hiciera lo que hizo, pero tuvo la oportunidad y la usó, me siento orgullosa. Grabé mensajes en dos ocasiones para defenderlo como lo haría cualquier madre”.
Los integrantes de la organización civil “Ya me cansé, todos somos Ayotzinapa” señalaron que “lo estamos esperando para que sepa que no esta solo”.
Su hermano gemelo reiteró la defensa que hizo de su proceder desde que la imagen del joven universitario se difundió con la bandera mexicana ante Malala, a quien le pidió ayuda.
“Adán, no pertenece a ninguna organización, a ningún grupo. Este supuesto se dio porque surgió la duda de quien había pagado su fianza, pero en su propia cuenta de Facebook, Adán explicó que fueron dos músicos los que tuvieron la iniciativa de hacer una colecta”. Sus familiares explicaron que él es un ciudadano más, que en un acto desesperado habló por México, a nombre de los estudiantes, por lo que no son escuchados.
Su padre explicó que le había recomendado a Adán en una llamada telefónica que si se quería manifestar, lo hiciera a través de una pancarta, pero su hijo decidió irrumpir en la entrega del premio Nobel de la Paz, acto que su padre justifica, “toda vez que se atrevió a dar la cara por su generación y los jóvenes de México”.
Su amigo Santiago Ruiz, también presente en el recibimiento, comentó que el 5 de noviembre pasado, día del cumpleaños de Adán, él no quiso regalo ni fiestas, le dijo que a partir de ese día se comprometería por un México distinto a partir de lo ocurrido en Ayotzinapa, de ahí surgió la idea de viajar a Costa Rica, para unirse a las manifestaciones por México, y después a Oslo, donde ganó notoriedad internacional.
En su regreso a México, Adán dijo: “estaba preocupado por mi seguridad, pero al ver esta respuesta aquí en México, me siento tranquilo, seguro y con la misma fuerza y la misma alegría con la que me paré en la ceremonia del premio Nobel. Seguiré con mi familia y con mis ideales para buscar un cambio en mi país”.
“Todo el tiempo en Noruega el trato fue muy bueno, pero entiendo que cometí un delito que fue el irrumpir en el ayuntamiento de Noruega, pero se me trató muy bien”.