Crónica. "Ojalá que ya vuelva la calma"
VIGILANTE. Carlos quiere que regrese la normalidad. (Foto: RAMÓN ROMERO / EL UNIVERSAL )
julian.sanchez@eluniversal.com.mx
NUEVA ITALIA, Michoacán.— A sus 16 años de edad y de reciente ingreso a las autodefensas, Carlos sostiene que no le da miedo morir como su primo Miguel Ángel, quien, dice, fue asesinado por Los Templarios.
Carlos se apresura a cubrirse el rostro con una playera antes de contar que está decidido a permanecer el tiempo que sea necesario con las autodefensas, a fin de que regrese la tranquilidad y el orden a su comunidad, Nueva Italia.
El adolescente, quien estudió hasta tercer año de primaria, afirma que no le gusta la escuela y por eso desertó. Dice que quiere aprender a usar armas para defender su comunidad, pues considera que no se puede permitir que grupos delictivos sigan cobrando cuotas a la gente que quiere trabajar honradamente y tengan con temor a la población.
“Ojalá que ya regrese la tranquilidad. Que tengamos un pueblo nuevo donde no se cobre cuota y un pueblo libre y respetuoso”, insistió, y subraya que para eso se unió a las autodefensas.
Carlos, quien vive con su abuela y comenta que sus padres emigraron a trabajar a Texas, ríe al tiempo de mover la cabeza diciendo que no cuando se le pregunta si tiene miedo de morir".
“No”, sostiene el aferrado joven, quien subraya: “Pues cuando me toque, pues que me toque”, al referirse al fin de su vida.
Ahorita, reitera, lo que quiere es que la vida en su municipio sea tranquila para todos, en lo que coincide Jorge, otro joven de 26 años quien cuenta que fue elemento del Ejército Mexicano durante tres años y que desde hace un mes instruye a compañeros de las autodefensas en la utilización de armas.
Originario de la comunidad de Churumucho, Jorge platica que estudió hasta tercer año de secundaria y que pretende tener un trabajo en un lugar donde los dueños no sean víctimas de extorsión o familiares y amigos sean “levantados”, y por eso se unió a las autodefensas, para contribuir a regresar la paz a Michoacán.
“Estamos tratando de ser de utilidad para acabar con la delincuencia organizada que acecha al pueblo y lo usa como rehén para hacer sus actividades. Y hoy queremos que las cosas regresen a la normalidad”, dice.
Acepta que si para ese fin deben dejar las armas, eso se tendrá que hacer, aunque expresa su preocupación porque si se encuentran con sus contrarios y están desarmados podrán ser asesinados fácilmente. “Por esa parte se puede decir que a lo mejor esté bien y que con eso la gente esté más tranquila. Y sí, la verdad mucha gente se saca de onda que uno esté armado”, admite.
Reconoce que las cosas se han tranquilizado desde la llegada de la Policía Federal y señala que dialogan con elementos de esta institución y trabajan, aunque no coordinadamente, con el mismo objetivo: restablecer la tranquilidad en Michoacán.
En varios puntos de la zona de Tierra Caliente se puede observar juntos en retenes a elementos de la Policía Federal y a miembros de las autodefensas, muchos de los cuales continúan armados.