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Acapulco, Gro.— Desde los balcones de los hoteles de la Costera Miguel Alemán los turistas de este puerto ven dos mares de esta paradisíaca bahía.

Por un lado la arena dorada y el azul del Pacífico, por el otro, el “mar” de gente que camina con una sola consigna: “¡No estamos completos, nos faltan 43!”.

Por segunda ocasión, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG); estudiantes y familiares de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde el 26 de septiembre marcharon de la base naval a la alcaldía de Acapulco, no sólo para exigir su pronta localización, sino castigo para los culpables. Autoridades calcularon en casi 10 mil el número de participantes.

Por más de tres horas que duró el recorrido, la manifestación se realizó de forma pacífica; sin embargo, un grupo de personas cubiertas del rostro con playeras y pasamontañas quebraron los vidrios de cinco camionetas de Telmex; con un palo con clavos, pincharon las llantas y realizaron pintas con aerosol en el mobiliario público. “Peña asesino”, marcaron con pintura de color rojo.

Al llegar al Palacio Municipal, tomado por los maestros disidentes, se realizó un mitin en el que el portavoz de los padres de familia de las víctimas, Felipe de Jesús de la Cruz, encendió su discurso al señalar que habrá una gran movilización nacional porque están cansados de tanta impunidad.

“A partir de hoy vamos a contarle los días al Presidente, porque desde el primer momento le dijimos que ya no confiamos en la respuesta del Estado”.

El maestro de Acapulco es padre del normalista Alejandro Neri, uno de los sobrevivientes al ataque contra los normalistas en Iguala hace 35 días. De la Cruz es un luchador social quien desde el atentado contra los estudiantes de Ayotzinapa regresó a la lucha. En 2011 fue de los maestros que exigió mejores condiciones de seguridad para las escuelas de Acapulco azotadas por la delincuencia organizada. Pero se dice que en 2012 fue levantado por un grupo armado.

Rechazó la versión de las autoridades de que la noche del 26 al 27 de septiembre, cuando ocurrió el atentado, los estudiantes iban con el grupo criminal de Los Rojos, por eso fueron agredidos cuando viajaban en los autobuses.

Rodolfo Chávez, del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota, acusó que desde el gobierno federal hay un plan para acabar con los luchadores sociales y criminalizar la labor de los normalistas.

De la Cruz continuó: “La exigencia de todo el pueblo de México es que caiga quien caiga y tope hasta donde tope los responsables de este hecho vayan a parar a la cárcel”.

En su discurso, mencionó que la investigación debe abarcar al ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, por las “omisiones” que cometió en este caso. “Que se acuerde que en nosotros existe la memoria del 12 de diciembre de 2011. A nosotros no se nos olvida que trataron de sepultar a los dos compañeros caídos ese día —Jorge Alexis Herrera y Gabriel Echeverría, asesinados en la Autopista del Sol por policías estatales—”.