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Los dos primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto fueron “carrera de caballo y parada de burro, que ya no, ya nada más para adelante, nada más para delante, después de haber ido galopando bien en el sendero de los acuerdos”.

Con ese dicho ranchero define el líder nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva, lo que ha ocurrido en el país desde que el PRI volvió a la Presidencia de la República, hace dos años.

Hubo avances durante los primeros meses gracias al Pacto por México, ésto “fue lo único positivo en lo que va de la administración del presidente Enrique Peña Nieto y lo volverá a presumir”.

Pero una vez que éste murió, “porque ellos lo mataron” con la reforma energética, lo que hay, es estancamiento, advierte en entrevista con EL UNIVERSAL.

“Decidieron sacrificar la ruta de la construcción de acuerdos con los tres principales partidos que participamos en el Pacto por México, en aras de sacar la reforma energética”.

Por eso, es de esperarse, anticipa el perredista, que en su II Informe de Gobierno, al presidente Peña Nieto no le quede más que hacer “ofrecimientos a futuro... y ahora, con la reforma energética van a ver que esta reforma si le va a servir al país... veremos, dijo el ciego.

“Con toda seguridad (el presidente) seguirá aludiendo a los acuerdos legislativos que se hicieron en el Pacto (...) y seguirá diciendo que el bienestar de la gente vendrá”, anticipa. “Se va a anunciar con toda seguridad una reforma al campo y el campo abandonado”.

Zambrano Grijalva, presidente nacional del que hoy es el principal partido de izquierda en el país y uno de los ideólogos del Pacto por México que llevó al gobierno federal y a las dirigencias del PRI, PAN y PRD a diseñar una agenda de reformas y a lograr en el primer año cambios constitucionales en materia educativa, financiera y de telecomunicaciones, entre otras, advierte que lo conseguido ya va en retroceso.

Por lo menos en telecomunicaciones, la legislación secundaria restó todo el espíritu de la reforma constitucional pactada, afirma.

“Los avances, muchos importantes, que se lograron en el año de vigencia del pacto y que fueron muy importantes, en el mediano plazo van a empezar a servirle al país aun con la ley de telecomunicaciones mocha, (pero) esos avances importantes han empezado a echarse para atrás, por ejemplo, con la claúsula de Cablecom.

Así, “Televisa otra vez en su papel, de soldado del presidente como decía (Emilio) Azcárraga (Milmo), o Peña Nieto, ya de regreso a los brazos de Televisa para terminar de agradecerle los favores por llegar a la Presidencia de la República”, sostiene.

En lo fiscal y financiero tampoco se observan cambios. “El país sigue estancado, el país sigue perdiendo la esperanza, el país cada vez que hacen anuncios de la situación de la economía, resulta que es para hacer ajustes a la baja, como lo acabamos de ver otra vez con el anuncio del gobernador del Banco de México (Agustín Carstens).

“Mientras (el presidente Enrique) Peña Nieto habla de que el país emprendió la ruta del crecimiento, el gobernador del Banco de México sale a decir hay que hacer ajuste para abajo.

“Otra vez ya no volvimos a crecer. Y entonces uno se pregunta, para qué las reformas estructurales, fiscal, financiera, la misma de telecomunicaciones, las que impactan de manera directa el escenario económico nacional, pues nada y mientras tanto, no se siguen generando los empleos y se sigue perdiendo el poder adquisitivo del salario”.

—¿Ni un solo avance?

— Yo no veo avances significativos que como resultado de la acción propia del gobierno pueda vanagloriarse. Ahí está la percepción de la gente. Se sigue perdiendo la esperanza, no confían en que estas reformas, con todo y lo bondadoso que puedan ser algunas de ellas, las que resultaron del Pacto, los beneficien.

Zambrano Grijalva advierte que el otro tema preocupante, por estancado, es el de la seguridad. Por ejemplo, “se medio aplaca en Michoacán”, pero la podredumbre es tal, que todo sigue igual.

“Siguen saliendo un día sí y otro también los personajes vinculados a (Servando Gómez) La Tuta y de paso... ¿y La Tuta cuándo?”, se pregunta el perredista.